BREVE HISTORIA DE CÁCERES-LA COLONIA NORBENSIS CAESARINA IV
BREVE HISTORIA DE CÁCERES
IX
Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra
La Colonia Nobensis Caesarina IV
En el capítulo anterior veíamos como:
La fundación de la colonia habia de hacerse en virtud de una ley senatorial popular, en la que se señalaba el territorio y numero de colonos, y se determina el número de magistrados encargados de administrarla, luego se procedía a formar Concrisptio, es decir lista de ciudadanos escogidos para colonizar, a los cuales se enviaba al territorio, haciendo en el su entrada en formación militar, una vez consultados los auspicios y hechos los sacrificios a los dioses, se señalaba el perímetro de la Urbs, que habia de ser capital de la colonia, mediante un surco abierto por el arado, y seguidamente, los agrimensores procedían a parcelar la tierra, adjudicando los lotes por sorteo entre los veteranos asentados, cada colonia tenían sus leyes propias, estas eran grabadas en placas de bronce y los colonos elegían a las personas que habrían de representar sus intereses ante los poderes de la Metrópoli como patronos, El Patrono colonia, era a la sazón una especia de protector de la ciudad y gestionaba en roma todos sus negocios e intereses.
Y así se hizo en la colonia Norbensis Caesarina, esta era una de las cinco deducidas en la Lusitania, siendo las otras cuatro, Metellinum (Medellín), Emérita (Mérida), Paz Julia (Beja) y Scallabis (Santaren).
La extensión de terreno que en un principio fue designado a la Colonia Norbense, no es fácil de determinar, pero se pude conjeturar que este fuera de mucha amplitud, Plinio comenta, tras mencionarla como Contributa sunt in eam Castra Servilia, Castra Caecilia, con lo que se expresa que las dos únicas entidades de poblacion caían dentro de su territorio y bajo la jurisdicción de sus magistrados, y estas fueron las nacidas de los campamentos de Quinto Servilio Cepión y de Quinto Caecilio Metello, ubicados muy próximos a la ciudad.
Así fue como quedo establecida la romanización en el territorio cacerense.
Más esta romanización se mostró de forma muy desigual, en el centro, aparte la colonia y sus dos contributivas, los datos son muy pobres, y reveladores de una duración más bien corta, la lucha con el terreno, debio de presentarse desde el principio, como una empresa de mucha dificultad, con resultados pobres, que revelan que tuvo una duración efímera, y que según parece los esfuerzos no compensaban el esfuerzo que requería, con estos mimbres, toda la creencia es que Norba no debio tener vida larga, la ultima cita de la Colonia Norbensis Caesarina, data de Plinio, y la más moderna mención data de los tiempos del emperador Trajano, seguramente su despoblación seria hacia el siglo III, o incluso antes, si la inscripción encontrada en la fachada del palacio de Godoy, es pieza de acarreo*, ya que es raro que, estando la Colonia enclavada a orillas de la Vía Lata, su nombre no aparezca en el itinerario de Antonino. Al Norte del rio Tajo y sobre todo hacia el Sur los síntomas de poblamiento, sin que sean de gran densidad, si son numerosos.
*Inscripción dedicando una estatua al Emperador Lucio Septimio Severo Pertinax en el año 194*.
Los restos romanos hallados en Cáceres, si no abundantes si son numerosos, pero pocos tiene carácter documental, el Puente de Alcántara, se ofrece con toda la grandeza, único, ejemplar, grandioso, las ruinas de Talavera la vieja y las de Caparra, tambien conservan la grandiosidad, y las vías de comunicación, que siendo en lo monumental menos importantes, en la historia tuvieron una participación principal.
Las vías romanas nacieron por las necesidades militares, si bien después se convirtieron en medio regular de transito y en vías comerciales, su estructura era muy variada, la más sencilla consistía en la explanación de un camino aprovechando el firme natural del terreno, modificándole ligeramente para hacerlo adecuado las necesidades de circulación, a esto se le llamaba vía terrena, aunque con mayor anchura, se formaba a la manera de las veredas, gracias al holladero continuado de l paso de hombres, de animales y de los vehículos, pero la forma ideal, perfecta, la definitiva, era una verdadera obra de ingeniería, con el trazado previamente establecido, mediante el estudio del terreno, y una composición del firme ajustadas a unas reglas precisas.
Lo esencial para los Romanos, era buscar líneas rectas, con el fin de disminuir en todo lo posible las distancias recorrer, sobre el trazado, se habría la caja de la carretera con una profundidad que variaba dependiendo del firme que se trataba de construir, limitándola por la derecha e izquierda con gruesos pedruscos, con esto evitaban que los bordes del terreno, cayeran al interior, o bien que el firme se derramase hacia el exterior. Según Vitrubio, una carretera construida con todo el cuidado se componían de varias capas superpuestas, la primera, la inferior, era el Statumen o afirmado de fondo, construido con piedras más o menos grandes, “no mayor que la que caben en un puño, dice Vitrubio”, estas eran fuertemente apisonadas, sobre esta capa se extendida el rudus, especie de mortero, hecho con piedras pìcadas, arena y cal, la tercera capa, la llamada nucleus, que era de cascajo, formado por tejas rotas, ladrillos pulverizados, mezclados tambien con arena y cal, disponiéndose sobre todo ello el pavimento o summa crusta, que podía ser de dos clases, con rollos, al igual que nuestros empedrados “Vía Glareata”, o con losas rectangulares “Vía Munita” .
Para señalar las distancias, las vías contaban con postes indicadores “columnas Miliarias” en los que constaban los números de millas romanas “Millia Pasuum” mil pasos, igual a mil quinientos metros aproximadamente, y que se contaban desde el arranque de la vía hasta la miliaria correspondiente, y de distancia en distancia, equivalente cada una de estas a una jornada militar, que era de veinte millia, “30 kilómetros” estableciendo lugares de reposos “mansiones” procurando que coincidiesen en todo lo posible con poblaciones o campamentos, tambien se establecían a lo largo de las vías, posadas, mesones, casas de postas “tabernae diversoriae” que sirvieran paa el descanso del viajero y el relevo de cabalgaduras.
Al llegar los romanos a la península, la hallaron casi en su totalidad desprovista de vías de comunicación, los naturales utilizaban ara sus desplazamientos las rutas naturales de los valles, márgenes de los ríos y desfiladeros, entre las montañas, al no tener que mover estando en guerra grandes masas humanas ni pesadas impedimentas, se trasladaban de un punto a otro a campo través, o por veredas montaraces tan solo conocidas por ellos. Sin embargo los Cartagineses, habían construido una vía que llamaban “El Camino de Hércules” que bordeaba la costa de levante, desde el Pirineo hasta Cartagena, esta fue utilizada por los romanos para los primeros movimientos de las legiones, pero pronto los invasores romanos, se dedicaron a construir toda una red de caminos que cruzaban la península en todas direcciones, enlazando los principales centros de aprovisionamiento y los puntos de más importancia de concentración de los ejércitos. Una de estas vía fue la Vía Lata “Ancha” los árabes la denominaron por su belleza el Camino de la Plata, y los cristianos en la Alta Edad Media, la llamaron Vía Guinea.
La Vía Lata, salía de Mérida por el puente tendido sobre el arroyo Albarregas, dirección Norte y penetraba en tierras cacerenses por el Puerto de las Herrerías, cruzaba el arroyo Ayuela, siguiendo hasta el rio Salor y por el puerto del Trasquilón y valle de las Camellas, llegaba hasta Cáceres, bordeando sus muros por Miralrío, San Roque, Tenerías Altas, Afueras de Villalobos, desde donde la margen izquierda de la ribera llegaba hasta el Campamento de Cáceres el Viejo*, partiendo de este punto atravesaba los campos del Casar, para dirigirse al Tajo, cruzándolo en su confluencia con el rio Almonte, para continuar por Galisteo y Caparra a Baños de Montemayor, Salamanca, Zamora y Astorga, este itinerario, es poco más o menos, el de la vía terrena explanada por el Cónsul Servilio Cepíón, en el 139 a.c. para unir el Tajo con el Guadiana, pasando por los Castras Servilia emplazada entre ambos ríos, no se sabe con seguridad el punto de arranque de este camino que, no podía ser Mérida, que aun le quedaba más de un siglo para su fundación, se conjetura que seria el recodo del rio en que en el año 79 a.c. estableciera Quinto Cecilio Metello los Castra Metellina, si se tiene en cuenta que este general aprovechó la misma calzada para el transporte de sus legiones , la misma vía explanada por Quinto Servilio, el cronista nos cuenta que es posible, modificando en algún punto su trazado, para hacerla pasar no por Castra Servilia, sino por el que él construyera al Noroeste, de las lomas donde después se elevará Cáceres
Tampoco se sabe si Metello conservó la estructura primitiva de la Vía Terrena, pero que esta si cambio por completo a raíz de la fundación de Norba, haciéndose la caja de la carretera, con todos los estratos constitutivos en muchos de sus tramos, con trincheras, terraplenes y alcantarillas y la suma crusta, siendo a trozos Glareata, como las de en Casas de don Antonio, y a trozos Munita, como en Caparra y Baños de Montemayor
*trayecto ente el puerto del Trasquilón y los campamentos de Metello, (Cáceres el Viejo) es hipotético, ya que entre ambos jalones no se encontraron restos de calzada, pero es el sitio más lógico por donde debio de transitar*
(fuente Floriano Cumbreño -Historia de Cáceres)
(fuente Carlos Callejo-Orígenes de Cáceres)
(Fuente Biografías)

Agustin Díaz
