CÁCERES Y SUS VISITANTES II (

08.04.2021 11:17

  CURIOSIDADES DE LA VILLA CACERENSE (VII)

Visitantes ilustres (II)

Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra

En la anterior entrega, repasábamos los visitantes ilustres que pasearon por las calles cacerenses, desde el gran Julio Cesar, pasando por Leovigildo, Alfonso VII “el Emperador”, Fernando II de León, Jucef Abu-Ya’Qub, Alfonso IX de León, y más de más.

Don Alfonso X “el sabio “,

La estancia de este hostigado monarca, del paso por la villa cacerense, consta de una sola Carta Real, dada por el mismo a instancia del Concejo, en Burgos el 22 de noviembre de 1280, dirigida a los entregadores de los pastores de la tierra de León, para que estos hiciesen guardar los cotos que pusiese aquel en la Zafra y la Zafrilla, en la que se lee, : Sepades, que agora, quando yo, vine por Cáceres.. pero no se puede decir con exactitud la fecha de la venida, así como tampoco los motivos.

Don Sancho IV, “el Bravo”

Tambien este rey paseo por las calles de Cáceres, pero fue antes de ser coronado, la venida a la villa fue como infante, y poco antes de reinar, año de 1284-

Cáceres como la mayoría de las ciudades y villas del reino, harta y cansada de la desastrosa administración del autor de las partidas, se afilió al partido de don Sancho, en el que tambien figuraba el Maestre de la Orden de Alcántara, de gran influencia en la villa cacerense, pero el Pontifica Martino V, hizo que el Maestre se alejara del bando del Infante, y prestase obediencia a su padre, al llegar la notica a don Sancho, de que el Concejo sin la presión del Maestre, estaba propicio a volver a la gracia Real, vino de Talavera de la Reina, donde se encontraba en 1284, e intrigando, amenazando y prometiendo, consiguió que la villa permaneciese fiel a él.

Don Alfonso XI

Este inconstante monarca, en 1335, venia capitaneando sus tropas contra el de Portugal, y tras haber depuesto de su cargo al Maestre del la Orden de Alcántara, don Ruy Pérez Maldonado, en la ciudad de Trujillo, vino a Cáceres, aprovechando la presencia del Abad de  Morimundo, que venía este visitando los conventos de la Orden del Cister, Orden a la que pertenecía la militar de Alcántara, hizo elegir Maestre de ella , en la Iglesia de la Magdalena “adosada al Alcázar, y edificada a fines del siglo XIII, por el Maestre de a Orden de Alcántara don Fernán Pérez Gallego” a su despensero mayor y favorito Gonzalo Martines de Oviedo.

Tres años después volvió a la villa cacerense, don Alonso, venia en persecución de su antiguo privado, al que sitio en el castillo de Valencia de Alcántara, al que mandó degollar así se le entrego, la embestida irresistible de las intrigas palaciegas, y por el enorme delito de haber hablado con poco respeto de la manceba Real, doña Leonor de Guzmán.

Don Pedro I “el Cruel”

Hasta en dos ocasiones vino de visita a la villa de Cáceres, el vengativo monarca.

La primera en 1353, persiguiendo al que otrora fuera su favorito don Juan Alfonso de Alburquerque, contra el cual se habia levantaba en armas en los castillos de Medellín y Alburquerque y la Codosera,  la segunda visita, la hizo en 1367, a que los caballeros Giles, que tenían el Alcázar cacerense, en rehenes, hasta que se decidiese la contumaz  contienda mantenida por el Rey y su hermano el Conde de Trastamara, le entregasen la fortaleza, y por haberse negado a ello, los mandó degollar.

Don Juan II

Las continuas revueltas de los integrantes Infantes de Aragón, quienes se habían apoderado de varias villas extremeñas, obligaron al monarca don Juan II, a la avenida de Cáceres, de paso para Alburquerque, donde se habían hecho fuerte a finales del mes de diciembre de 1429.

Junto a él venia el privado don Álvaro de Luna, cuyo ascendiente en el Real ánimo era el principal motivo de la enemiga de los infantes, pero la expedición resultó baldia, ni consiguió que se rindiesen la plaza, desde la que lo insultaron grandemente los sitiados, ni aminoro el vendaval de rebelión que se habia extendido por la comarca.

Los Reyes Catolicos.

Posesionada la ilustre doña Isabel de la corona del reino, emprendió la difícil tarea, que llevo a buen fin, de apaciguar sus reinos y organizar la administración municipal de sus esquilmados pueblos,

La villa de Cáceres, fue una a las que dedico sus primeros cuidados, donde vino el 8 de mayo de 1477, y dispuso e hizo la organización del concejil. El 27 de febrero de 1479, doña Isabel en compañía de su esposo don Fernando, volvió a Cáceres después de haber celebrado en Trujillo las exequias por el alma del rey de Aragón, venia de paso para la frontera con Portugal, donde tambien debida concurrir la Infanta doña Beatriz de Portugal, su tía, para concertar el modo de poner fin a la dilatada lucha de castellanos y lusitanos, con ocasión de la sucesión a la corona de España, cuyo entrevista no se llego a celebrar, marchando la pareja Real de Cáceres a Trujillo el 22 de marzo.

En 7 de mayo, estaban de nuevo lo regia pareja, en la villa cacerense, donde en esta misma fecha, autorizaron las ordenanzas a las que se debía acomodar el aprovechamiento de las dehesas de Concejo, denominadas de Zafra y Zafrilla.

De vuelta nuevamente a Trujillo, donde se estuvieron hasta el 5 de junio en que don Fernando marchó hacia Guadalupe, volviendo doña Isabel a Cáceres y siguiendo la ruta de Alcántara, a las vistas concertadas, después de haber otorgado muchos privilegios a la villa de Cáceres.

El 7 de enero de 1500, el católico Rey, ya viudo, llegó a Cáceres, camino de Salamanca, y aunque nada más permaneció un día en la villa, no lo desaprovechó, ya que al presentárseles los caballeros de su vecindario, les animó a tomar parte en la jornada que a modo de cruzada preparaba el Cardenal don Pedro González de Mendoza, contra los árabes de las costas africanas, a las cuales quedaron obligados los invitados.

Don Felipe II “el Prudente”

Volviendo de Portugal, tras haber tomado posesión de este reino, entró ese poderoso monarca a la villa de Cáceres, en la tarde del miércoles 9 de marzo de 1583, partiendo para ello desde la casa de la Enjarada, donde habia pernotado la noche anterior.

Estuvo en Cáceres, el jueves y el viernes por la mañana partió hacia Torremocha, y desde allí por Trujillo, hacia Guadalupe.

Don Felipe V.

Surgió la guerra de sucesión en que este príncipe francés, disputo la corona de España al Archiduque don Carlos de Austria, a quien sostenían Inglaterra y Portugal.

El año 1704, con la contienda armada en pleno apogeo, y don Felipe, que habían reconocido por Rey de España, la mayor parte de las ciudades y pueblos, quiso ponerse al frente del ejercito que operaba en la frontera portuguesa.

En fecha de 15 de marzo, tuvo noticias el Corregidor, de que el soberano se encontraba en Casatejada, y que se proponía venir a Cáceres.

El 24 del propio mes, llegó carta del doctoral de la Catedral de Plasencia don Lucas Conejero, natural de Cáceres y que llego a ser arzobispo de Burgos, participando que el Rey, habia llegado a aquella ciudad, y el 15 de abril recibió otra carta, anunciando que quizás vendría a Cáceres,

En sesión de 30 de junio se expuso la probabilidad de que al regresar a Madrid, desde el ejército, tal vez pasase por la villa cacerense.

Don Alfonso XII “el Pacificador,  

Al contrario de los demás monarcas, que vinieron a Cáceres por motivos de guerras y contiendas, don Alfonso XII, rompiendo la tradición encarnizada, vino a la villa cacerense, a inaugurar una obra de progreso, de paz, de fraternidad, entre los dos pueblos iberos de la península, tal fue el ferrocarril.

El dia 8 de octubre de 1881, acompañado del Rey de Portugal, don Luis I, se realizó tan solemne acto, al que concurriendo, escogidos representaciones de la nobleza, la política, las finanzas y la literatura de ambos países.

Don Luis I de Portugal.

Concurrió este Portugués Rey, a la inauguración de la línea de ferrocarril Madrid-Cáceres-Portugal, junto con el Español Rey don Alfonso XII.

Don Alfonso XIII.

Andaba este monarca, con deseos de conocer toda las comarcas y pueblos de sus estados, hizo que viniese a Cáceres, legó el día 25 de abril de 1905, fue recibido en multitud, vítores y aplausos y aclamaciones.  

 

(Fuentes Publio Hurtado-Familias Cacerenses)

(Fuentes Biografías)

Agustin Díaz