EL MAESTRE GOMEZ DE SOLIS Y EL CLAVERO ALONSO DE MONROY

22.11.2020 12:38

               EL MAESTRE SOLIS Y EL CLAVERO MONROY

                  HISTORIAS CACERENSES DEL SIGLO XV

Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra

Cáceres y Solís, Gómez de. Cáceres principios del siglo XV Magacela (Badajoz), 1473. Trigésimo quinto maestre de la Orden de Alcántara.

Nació en la villa extremeña de Cáceres en una familia de la nobleza media con escasos recursos económicos. Gómez de Cáceres tuvo varios hermanos, entre ellos Hernán Gómez de Solís y Gutiérre de Solís, que se beneficiaron personalmente de su importante ascenso social, que le llevó, primero, a ser nombrado mayordomo real del rey Enrique IV, y después, en 1458, maestre de la Orden de Alcántara, por voluntad también del mismo monarca: La mayor parte de su maestrazgo estuvo marcada por el enfrentamiento con el clavero de la Orden, Alonso de Monroy, siendo su última causa la frustración del clavero por no haber alcanzado el maestrazgo, cuando contaba con el apoyo de la mayor parte de la Orden.

El detonante se produjo en el año 1464, durante la celebración en Cáceres de la boda de la hermana del maestre, Juana de Solís, con el noble trujillano Francisco de Hinojosa. Los alardes “caballerescos” del clavero suscitaron un fuerte rechazo en los hermanos de la novia que intentaron agredirle. La refriega terminó con el arresto del clavero y su prisión en la villa de Alcántara de la que huyó a los pocos días.

Se inició así una pugna que tendría una enorme trascendencia para el futuro de la Orden de Alcántara y del propio maestre. El enfrentamiento se vio inmerso en el conflicto civil que enfrentaba a Enrique IV con cierta parte de la nobleza, en el cual, de forma sorprendente, el maestre tomó una decidida postura por la nobleza rebelde, llegando a participar en la famosa “farsa de Ávila”, mientras que el clavero, también de forma inesperada, lo hacía por el rey castellano. En 1465, Enrique IV ordenó a Alonso de Monroy que se hiciese con el control de las fortalezas y rentas para la causa monárquica después de que el maestre hubiera tomado las ciudades de Cáceres, Badajoz y Coria. Estas dos últimas las entregó a sus hermanos Hernán Gómez de Solís y Gutiérre de Solís, respectivamente.

                            Solar de la familia Solis

En febrero de 1470 se produjo un acontecimiento que sería determinante en el devenir del conflicto, ya que tuvo como consecuencia el inicio del declive de la figura del maestre. Se trata de la derrota de sus partidarios ante las milicias de Alonso de Monroy en la famosa batalla del Cerro de las Vigas, frente al puente de Alcántara. Solamente unos meses después, en pleno verano, el clavero reunió a sus seguidores, quienes le nombraron gobernador de la Orden, después de deponer al maestre.

Principio del Drama

Entre la concurrencia, escogida, que se había reunido en Cáceres para asistir a la boda de Francisco Hinojosa con doña Juana de Solís, figuraba el Clavero de la Orden de Alcántara, Alonso de Monroy, caballero de noble estirpe, este hercúleo y valeroso personaje, magnifico exponente de las energías raciales de Extremadura, es sin duda la gran figura representativa d la historia interna de la comarca cacerense, ambicioso inquieto, leal y decidido, compendiase en don Alonso de Monroy, todas las cualidades y defectos de la raza extremeña, de fortaleza física fue asombro de la época, el hombre más recio que se conocía, nunca hombre encontró con su lanza que se mantuviera en su silla, mudada constantemente de caballo, porque no podían sufrir su peso, sus armas ofensivas y defensivas, eran tan pesadas, que era espanto poderla sufrir hombre, solo otro famoso extremeño nacido pocos años después, Diego García de Paredes, el Hércules y Sansón de España, supero en fuerzas al Clavero Monroy.

La madre de don Alonso, fue doña Juana de Sotomayor, hermana del Maestre de Alcántara Gutiérre de Sotomayor, por estar muy ligada esta familia a la nobleza de Trujillo, se crio don Alonso en esta ciudad, en las casas de las Calzadas, cerca de las del padre de Francisco de Hinojosa, allí estuvo hasta llegar a los trece años, a cuya edad se lo llevo su tío el Maestre, confiriéndole luego la Clavería de la Orden. Parece ser que ya de muchachos no se tuvieron muchas simpatías Hinojosa y Monroy, quienes, en los años infantiles, se apedreaban a menudo uno con el otro, Andando siempre en rencillas, el tiempo no modifico la aversión de Francisco hacia el Clavero, aversión que también sentían los hermanos Solís.

Don Alonso tuvo noticias de las grandes fiestas que se preparaban en Cáceres, estando en Montánchez, donde había ido de visitas a doña María de Monroy, su hermana, mujer del comendador Portocarrero, que tenía aquel castillo, el anuncio de los festejos nupciales trajo al solar cacerense, nobles y pecheros de toda Extremadura:

Casa una hermana el Maestre

Con un caballero joven,

Que en el solar de Trujillo

Francisco Hinojosa es noble.

Van llegando caballeros

Prevendados, ricos-homes

Para rendir pleitesía

Que a tal señor corresponde.

Fue mucha la alegría que en esos días se notaba por las calles de Cáceres, por todas partes se veía gente deambulado con sus mejores ropas de fiestas.

Lo que ocurrió, en esta boda es de sobra conocido, pero escuetamente sucedió, que era costumbre por entonces, entre caballerosa, entretenerse luchando, después de un banquete en casa del Maestre, varios convidados lucieron sus habilidades en este terreno, pero nadie se atrevió a medir sus fuerzas con el gigantesco y hercúleo Clavero, salvo el novio, que se acercó a él Clavero rogándole que luchase con él, porque era extremado luchador, un gesto digno de tenerse en cuenta, allí estaban los más esforzados y  valerosos caballeros de Extremadura, y solo uno, Francisco de Hinojosa, se consideró capaz de enfrentarse con el temido paladín.

Trato Monroy de excusar la lucha, cediendo por fin a los ruegos del Maestre, a condición de que le atasen un brazo atrás, como siempre solía hacer en tales casos, pero altivo y digno el novio, respondió que, con aquella ventaja, no lucharía, en consecuencia, no hubo lucha cuerpo a cuerpo, sin embargo, el choque psíquico había sido lo suficientemente grande para herir a Monroy y a Hinojosa, al primero en su orgullo, al encontrar a alguien que se atreviese a afrontarlo cara a cara, el segundo en su dignidad, al querer situarle en un plano inferior (la versión de que no hubo lucha la dio Hinojosa, pero la opinión general es que si la hubo, venciendo Monroy, que pese a no haberle atado el brazo, lo mantuvo atrás sin hacer uso de él)

Al día siguiente se celebraba en la plaza los juegos de cañas, en los cuales todos los caballeros iban a lucir su gallardía y fortaleza, mientras el pueblo se apiñaba tras las empalizadas, balcones, ventanas y torres, lucían sus galas fastuosas, las más bellas damas y los más ilustres señores de la nobleza de toda Extremadura, se había dado cita en la plaza cacereña, la misma que admiramos hoy en día, observados por la torre de Bujaco, una maravillosa estampa de muchedumbre y curiosidad.

A un lado, unos tablados muy altos se alzaban, para echar por encima las cañas y bohardos (juegos de cañas, es simular un combate, en vez de lanzas se usaban cañas, para no herir al contrario) varios nobles habían probado ya su destreza en el juego, cuando el Clavero, cuya pujanza no tenía igual, estimando pueril tirar objetos de tan poco peso, tomó una lanza jineta y desde su caballo, la arrojo con fuerza , pasando los tablados, ante la admiración y vítores de la asombrada multitud, esta prueba colocaba a todos los caballeros en un plano de inferioridad y en una situación desairada, como tantas veces había ocurrido en la historia, los pequeños sucesos, era augures de grandes acontecimientos, aquellas miles de almas congregadas en la plaza mayor cacerense, no podían sospechar que la alegre diversión, que presenciaban en días tan festivo seria el prólogo de una guerra civil.

Por causas livianas quedó marcado el maestrazgo de Gómez de Solís en 1464, y fue el apresamiento del Clavero de la Orden Alonso de Monroy, el cual escapo al punto, quebrando cadenas e hierros y desquiciando las puertas, dando, a partir de entonces mucha guerra al Maestre, teniendo en continua revuelta a toda Extremadura, azuzado por el propio Rey Enrique IV, que vio como tres encumbrar a un simple, agradador y cara linda de don Gómez de Solís, le traicionaba pasando al bando del Infante don Alonso, incluso se llegó hasta Ávila para proclamarlo rey, cruda guerra se incendió entre los dos, de poder a poder en Alcántara en 1470, cuyo puente y Castillo estaban por el Maestre, asediados por el Clavero, que acampaban en el cerro cercano de las Vigas.

Acudió don Gómez, en auxilio de los suyos , con muchos caballeros y gentes de guerra y parientes y paniaguados, son alonso fue corrido por su primo Hernando de Monroy, “el Bezudo”  y más gente partidarios suyos, y diose una cruenta batalla, tanto que aparte de los resultados muertos, no quedó caballeo ni escudero que saliese ileso, quedando el campo para don Alonso de Monroy, este siguió apretando a los del castillo, con los que libraba sangrientos batallas a diario, en esto otro personaje entro en la refriega la Duquesa de Arévalo, que soñaba con la Orden de Alcántara para triste de su hijo don Juan, y para destruir a sus contrarios, don Gómez y don Alonso, mandó abundante tropa, capitaneaos por Hernando de Monroy, señor de Belvis, hermano del Clavero, que a cambio de ciertas rentas que la Duquesa habia de darle en Plasencia, no titubeo en atacar a su propio hermano.  Los del castillo, fatigados, y medio muertos de hambre se dispusieron a rendirse, entonces el Clavero don Alonso de Monroy, calculando que su gente estaba agotada para  comenzar nueva contienda, emprendió la retirada, y el castillo se dio al señor de Belvis, más a los ocho días el Clavero, entró en la fortaleza, y cuerpo a cuerpo, pelando con los soldados de la Duquesa, los echó fuera de ella, incluso a su hermano que resulto  herido, y haciendo venir a la sede de la Orden de Alcántara, a varios comendadores, consiguió que lo eligiesen Maestre en 1472.

(fuentes-Floriano Cumbreño)

(Publio Hurtado)

(Muñoz Sanpedro)

Agustin Díaz