-CAPITÁN DIEGO DE CÁCERES Y OVANDO 1447-1466 (X)
HISTORIAS DE LA VILLA DE CÁCERES
CAPITÁN DIEGO DECÁCERES OVANDO
1447-1466 (10ª PARTE)
Paladín de los Reyes Católicos
Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra
En el capítulo anterior quedábamos el Maestre de la Orden de Alcántara don Gómez de Solís, traicionando al Rey Enrique IV, y poniéndose al servicio del Infante don Alfonso, don Diego de Cáceres, iba con las huestes del Maestre, y con motivo de que los rebeldes proclamaran como rey al Infante, este repartió mercedes entre los conjurados, el Maestre las consiguió para sí y su familia, y don Diego el título de Capitán que, desde aquel momento, empezó a usar y ejercer como tal.
El Rey autentico, enterado de la traición del Maestre de la Orden de Alcántara, se había acordado al valiente don Alonso de Monroy, ordenándole, en carta fechada en Salamanca el 5 de junio, ocupar la fortaleza de Trevejo, y defender su causa en tierras cacerenses, así don Diego de Cáceres, entraba con postura nada cómoda en otra decisiva fase de su historia personal, la proclamación del llamado Rey de Ávila, el Infante don Alonso, no había concluido con el efectivo reinado de Enrique IV, don Alonso de Monroy, estaba al lado del legítimo, luchando contra el Maestre Solís y los suyos, en situación de defensor de los legítimos derechos , el bando de don Diego, era sin duda el que actuaba fuera de la legalidad, de nuevo estaba situado en contra del verdadero Rey de Castilla, aunque el desprestigio que encarnaba la realeza , diera cierta razón a los rebeldes, pero ello no era razón para tal, ni les hacía desconocer a cada uno su deslealtad.
El camino, situó al flamante Capitán don Diego, en la villa cacerense, a la cabeza de uno de los dos bandos, el que patrocinaba los derechos del Infante, las viejas banderías locales se mezclaron inmediatamente en la cuestión dinástica, a los defensores del Rey Enrique IV, los acaudillaba don Alfón de Torres, Mariscal de Castilla, don Diego García de Ulloa y don Vasco Porcallo, en el otro bando don Diego de Cáceres, formó con el Maestre don Gómez de Solís y don Gonzalo de Cáceres Andrade, este fue el triunvirato que se puso a la cabeza de la villa cacerense.
El Clavero, don Alonso de Monroy, en nombre del Rey, había comenzado a hacer guerra al Maestre, una guerra desarticulada, tipo guerrillero, en estas primeras fases no intervino el Capitán don Diego, su cometido era asegura la villa de Cáceres, lógicamente ante la precisión de vigilar y guarnecer todos los lugares, el Capitán quedo en la villa, en la que también el Maestre Solís, estuvo mucho tiempo asentado, esto lo alejo de los sitios de mayor actividad bélica, al quedarse a custodiar la villa cacerense, cuando el Maestre fue a vivir los duros episodios del cerco de Coria, ciudad de la que el Clavero se había apoderado por sorpresa, y la que inútilmente quiso recuperar por las armas el Maestre don Gómez de Solís, quien tras sufrir duros descalabros se vio forzado a pactar, entregando al clavero don Alonso , los catillos de Mallorga (San Vicente de Alcántara) y Piedrabuenas , a cambio de Coria.
A pesar del rudo golpe que con este suceso recibió don Gómez de Solís, su postura continuaba siendo firme, Rico, poderoso, seguido y adulado por la más alta nobleza regional, no había comprendido el asombroso potencial de captación y competencia que adornaban al incomparable Clavero, El Maestre Solís, no se daba cuenta que su encumbrado poderío, estaba al borde del abismo, seguís considerándose seguro y solía decir, que, aunque el Rey viniese contra él no le temía.
Y así, entre inquietudes y sobresaltos, iba transcurriendo aquel 1466, don Diego, continuaba en Cáceres, la villa cacerense continuaba bien segura bajo su mando, habían pasado unos años, entre actitudes rebeldes y banderizas, entre Castilla y Aragón, con el Rey o contra el Rey, aquellos solares que en la ruina del que fuera magnifico alcázar cacerense, concediera el Infante don Alfonso al Conde de Coria, los cedió este a nuestro Capitán, siendo confirmada su propiedad de ellos por cedula del referido Infante, en el mes de marzo de 1466 , cuando concluía el tiempo de capacitación, ya estaba dispuesto el solar para poner los cimientos de la Torre de las Cigüeñas, en el lugar más elevado de la cerca cacerense construida por los romanos, allá por el 24 a.c. , y ya tenía cimientos , turbios y recios cimientos , la firme torre humana del Capitán don Diego de Cáceres Ovando
(aviendo el dicho señor Infante hecho merced a don Gutierre de Cáceres Solís, para que pudiese fundar casa en las ruinas del alcaçar viejo, i este aviendo cedido el derecho a Diego de Cáceres Ovando, se lo confirmó el señor Infante don Alonso, como Rey, por la carta Merced, dad en el mes de Março, del año de 1466, refrendada de don Juan Fernández de Hermosilla su secretario, i a las espaldas del Arzobispo de Toledo, con las armas de Castilla)
Miguel Muñoz de Sampedro – Tres Paladines
Agustin Diaz