DE PASEO POR LA VILLA CACERENSE (I)

24.08.2020 10:16

                                UN PASEO POR LA VILLA DE CÁCERES

                                               NORBA CAESARINA

                                                    HINS QAZRIX

                                                              (I)

Carla, Adrian, Daniel, David,

que despues de convencerles de que los mostruos no existen, que todo

era cosa de su imaginacion, me adentraron en su guarida

Crónica desde la calle Cuba de mi llopis Ivorra

En una elevación, sobre un collado, se alzó la vieja ciudad fortificada, fundada durante el segundo triunvirato sobre el 34 a.c., cunado las provincias de Hispania ya habían sido asignadas a Octaviano, y con el nombre de Norba Caesarina, por el procónsul romano Cayo Norbano Flaco, según las directrices fijadas Julio Cesar antes de su asesinato en el 44 a.c., siendo elevada a colonia con el patronazgo de Lucio Cornelio Balbo, suegro de Cayo Norbano, en el 19 a.c.

Por entonces, existían dos campamentos o castros, de las guerras contra Sertorio, el Castra Cecilia y el Castra Servilia, el primero dio lugar durante bastantes años al error de creer que fuera el primitivo núcleo de Cáceres y que de el procedía la nomenclatura de la ciudad, desde milenios atrás, habían vivido por aquí los hombres del paleolítico y neolítico, que habitaron en las cuevas del calerizo cacerense.

La Colonia Norba Caesarina, llego a ser una de las cinco más importante de la Lusitania, desde su construcción tuvo categoría de fortaleza, por su emplazamiento sobre la natural ruta de accesos a las cuencas del Tajo y el Guadiana, todavía conserva de entonces una puerta en la muralla, la romana puerta del Rio, o Arco del Cristo, puerta del siglo I, desgraciadamente otras dos puertas también  romanas , desaparecieron  por la necedad y capricho  de algún vecino de la villa, en 1879 la Puerta llamada del Socorro, fue derribada por el capricho de Joaquín  Muñoz Chaves, y la llamada puerta de Mérida ,que en 1751la ordeno derribar el concejal Pablo Becerra de Monroy, para beneficio propio de utilizar las piedras para la construcción de un palacio de su propiedad.

Ya en plena decadencia y abandonada la Colonia Norba Caesarina por el romano, esta tierra nunca fue agradecida, y el romano arto de arar sobre piedras, y recogiendo escasas cosechas y malviviendo de tierra tan pobre para la agricultura, puso termino a su estancia a los veteranos legionarios de roma a su estancia en la Caesarina, dejando la villa al abandono, los Barbaros de los Alanos, arrasaron la villa, y tras siete años de permanencia en el solar cacerense, fueron derrotados por Leovigildo y terminado su casi total destrucción, en el año de 532 el monarca Visigodo Leovigildo a causa de haberse declarado el vecindario en favor de su hijo San Hermenegildo.

Con la llegada de los árabes, con rango de plaza fuerte llego a denominarse Hins Qazrix, volvió a cobrar en la región su predominio, cuenta Al-Idrisi, las incursiones para raziar los campos, y en la marca de la fronteras con las Castillas desde esta  villa, El renovado esplendor que trajo la denominación agarena ya no iba a decaer nunca más, nuevas murallas construidas en tapial, sustituyeron a las derruidas romanas , alcanzándose un espléndido Alcázar, con baluartes defensivos de los que aún subsiste intacta , una torre redonda del siglo XII árabe del palacio de Carvajal, aunque algún cronista la data como cristiana del periodo de 1170 hasta 1174.

Alfonso VII de León, inicio las intentonas de reconquistas, conseguido esto por Alfonso IX de León, durante el periodo de 1170-1174 la villa cacerense estuvo en manos cristianas, fue Fernando II de León quien se apodero de ella, creando en 29 de julio de 1170, la orden de Caballeros del Sr, Santiago, que poco más tarde se llamaría de Orden de los Fratres de Cáceres , o orden de los caballeros de la Espada, germen de la poderosa orden santiaguista, teniendo su casa convento en la que con el tiempo seria Iglesia de Santiago de los Caballeros.

Dentro de la cerca amurallada de los romanos, y fortificada por los almohades, el Cáceres cristiano asentó un pendenciero plantel de ilustres linajes, que hasta el tiempo de los reyes Católicos, iban a vivir en lucha constante, divididos en bandos de leoneses y castellanos, pata quedar ambos reflejados en el escudo de la ciudad, que en sus dos cuarteles ostenta las armas de Castilla y de León, levantaron junto a impresionables torres defensivas ,cantidad asombrosa de palacios y casas fuertes, quedando la ciudad de Cáceres como uno de los más importantes nobiliarios de España.

Amplia representación de cacerenses, tuvo las conquistas indianas, aquí nacieron entre otros, Francisco de Godoy, que fuera lugarteniente de Francisco Pizarro en Lima durante la sublevación del Inca Manco Cápac II, Juan Cano Saavedra, capitán de Hernán Cortes y marido de la única hija legitima del emperador Moctezuma, Hernández Girón, famoso por sus rebeldías y andanzas en el Cuzco, y García Holguín el que hizo prisionero al ultimo soberano Azteca, el indómito Cuauhtémoc. El oro indiano vino a sumarse a las grandes riquezas de la aristocracia feudal y ganadera, añadiendo con ese oro algunos elementos bellos y ricos en detalles, como el blanco del Palacio de Godoy, precioso balcón de esquina. Las guerras durante los siglos XVII y XX, afortunadamente no causaron estragos en los edificios de la villa cacerense, siendo los daños escasos y reparados oportunamente el que produjo un bombardeo en el transcurso de la guerra civil de 1939.

Hasta tres núcleos distintos forman la capital cacerense, el barrio antiguo este ajustado por las murallas, el nuevo , formado en torno esas defensas, por crecimiento del vecindario y ordenandos por oficios, desde la reconquista y hasta el siglo XIX, y el moderno, el Cáceres moderno, tendido en la parte más b aja y llana, tuvo la sección generadora en el Paseo de Cánovas, que se prolonga con el de Calvo Sotelo, de espaciosa anchura con cerca de un kilómetro de longitud, arranca de él transversalmente la avenida de la Virgen de la Montaña, en  la periferia Aldea Moret, la estación de tren y los hornos de cocer cal, una empinada cuesta conduce al santuario de la patrona, junto a la estatua del Sagrado Corazón de Jesús, dejando divisar la ciudad desde tan extraordinario mirador, apreciándose  la cinta verde de los  6,5 kilómetros de huertas que riega la ribera que nace en el manantial de la Fuente del Rey.

 

Vemos la Ermita del espíritu Santo, tal vez Sinagoga, de estilo mudéjar, también vemos el monasterio de San Francisco, fundado en  el siglo XV, que también fue hospicio, entre otras cosas, no lejos de estos parajes, nos encontramos con la Cueva de Maltravieso, primera viviendas de nuestros antepasados, en sus muros de piedras los primeros pobladores, pintaron en rojo y negro manos humanas, cabezas de ciervos y otros diversos signos, su importancia extraordinaria radica en que estos vestigios son muy escasos en el mundo, siendo curiosa aquí, el tema pictórico por el predominio en  la reproducción de manos, hasta ahora solo encontradas en unas pocas de Francia y España, estas pinturas rupestres de manos humanas en las que se aprecian mutilaciones en dedos tenían un valor mágico, de difícil interpretación, en lo más recónditas oquedades de la cueva de Maltravieso, a la vista de las pinturas, algunas formaciones estalagmitas testimonio fiel de su antigüedad los habitantes de Maltravieso dejaron en las afueras de Cáceres un monumento arqueológico de primer orden.

 

Esta caverna que debió de cerrarse, en tiempos muy lejanos por corrimientos de tierra, salió a la luz por la mano de unos obreros, en 1951, de la mano de los Hijos de Telesforo el “Frances”, mientras realizaban una voladura para extraer la piedra de la cantera del calerizo, tiene una longitud de 120 metros, encontrándose en ella abundantes restos humanos, consta de varias salas, con las correspondiente galerías de comunicación, todo adornado con  las estalactitas

Fuentes Floriano Cumbreño-Muñoz de Sanpedro)

Agustin Diaz

Agosto 2020