APELLIDOS DE LA VILLA CACERENSE - ALDANAS (II)

21.04.2021 11:38

VECINOS ILUSTRES DE LA VILLA CACERENSE (II)

 Aldana (II)

Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra

En el capítulo anterior, veíamos como don Hernán Pérez de Aldana, Capitán General de la Flota Real, en las costas gallegas, en tiempos de don Alfonso VI, ganaba pasa su casa el escudo de armas con las flores de lises de plata en campo de gules, y que los trocó por sus antiguos blasones, y así mismo por la sentencia del Rey Felipe de Francia, cambo su apellido por el de Maldonado:

-YO SE LAS DOY, PERO ESTAN MALDADAS.

Unos de loa sucesores de don Hernán, Alvar González de Aldana, sobrino del maestre de la Orden de Alcántara don Suero Martínez Maldonado, que fue el primero que bajó para asentarse en la en la región cacerense, a quien su tío, hizo alcaide de la fortaleza de Alcántara, como también hizo Comendadores de la Orden a varios parientes de mismo apellidos, hijo de Alvar fue Rodrigo Álvarez de Aldana, que aunque con muchos blasones, poco debía sobrarle de bienes de  fortuna, llego a Cáceres, donde estaban a la espera las ricas mozas, y casó con doña Inés Fernández de la Cámara y Sotomayor, en 1339, joven heredera de una de las más acaudaladas y nobilísimas familias cacereñas, señora de la dehesa y casa fuerte de la Lagartera, aparte de otros muchos bienes, quienes compraron a Alfón Álvarez Gaitán, la casa donde vivía en la parte alta de la llamada Cuesta de Aldana, Calle que recibió el nombre desde entonces y por esta circunstancia, y donde hicieron solar en la villa cacerense.

                              Calle Cuesta de Aldana

Principales caballeros, contaban entre los descendientes de este ilustre matrimonio, entre ellos:

Hernando de Aldana:

Hijo, fundador del gran Mayoralgo de esta casa, en el que se comprendía la citada dehesa Lagartera.

Lorenzo de Aldana:

Aventurero, fue de la partida hacia Nuevo Mundo, en la expedición capitaneada por García de Lerma, Gobernador de la Provincia de Santa Marta, al que ayudo en su conquista y repoblación. Muerto el gobernador, partió hacia el Perú, en la compañía de Pedro de Lerma, hijo del difunto gobernador, insaciable, y buscando más grande prosperidad, más pronto que tarde, Pizarro, se percató de su valía, no tardando en dispensarle sus favores, después, partió con Almagro a la conquista de Chile, sucedió el estallido de la enemiga de Pizarro con Almagro, rivalidad que tiñó de negro las páginas de la historia en el suelo ando-peruano, entonces Aldana, abrazó la causa de Almagro, que al poco le nombro Gobernador de Popayán, y después de la Ciudad de los Reyes (Lima) capital de aquellos estados.

Merced a su astucia, recobraron la libertad Gonzalo Pizarro y Alonso de Alvarado, presos en la ciudad de Cuzco por Almagro, cuando asesinaron a Francisco Pizarro, conquistador del Perú, siguió el partidor de su hermano Gonzalo, durante los vaivenes de la guerra, cayó prisionero del Virrey Blas Núñez  Vela, recobrada su libertad u una vencido el Virrey, fue nombrado nuevamente Gobernador de Lima, por el victorioso Gonzalo Pizarro, cuyo cargo llego a desempeñar con tal imparcialidad que, este lego a sospechar de su lealtad.

Para aplacar la tormenta que con su conducta habia sembrado de malestar la corte española, sobre todo con la muerte de Blasco Núñez, ordenó Gonzalo se llegara Lorenzo de Aldana a la península, pero al llegar a Panamá, se encontró con el licenciado Pedro la Gasca, nombrado por el Gobierno Español, para reducir a la obediencia los rebeldes españoles peruanos y hacer justicia en los culpables, y tal fue la maña que se dio el emisario que, sometió a la obediencia a los capitanes de las tropas de Gonzalo Pizarro, entre ellos a Aldana, y a quien encomendó el mando de la parte de la escuadra que hasta entonces habia mandado el tambien sometido Pedro de Hinojosa, a cuyo frente ocupo Lima, a nombre del emperador don Carlos.

Fue mucho lo que trabajo, en reducir a la real obediencia a su abandonado jefe Gonzalo Pizarro, aunque resulto en balde, tras la memorable batalla de Xaquixaguana, donde se apagó la estrella de Pizarro, La Gasca lo nombro Corregidor de Lima, y fundando las poblaciones de Villaviciosa y San Juan de Pasto en Colombia.

Álvaro de Aldana:

Señor de Lagartera y Regidor del Ayuntamiento cacerense, quien a nombre del concejo, pidió a don Carlos I Real provisión para fundar pueblo en el camino de Cáceres a Badajoz, sobre lo que practicó numerosa información y la conveniencia del proyecto, y por sucesivas y  reales provisiones de 4 de julio de 1523, 27 de mayo y 27 de junio de 1524, el Cesar otorgó la creación del pueblo en la Sierra de San Pedro y sitio denominado el Zángano, para o que se amojonaron 2500 fanegas de termino, previniéndose que su vecindario fuese de treinta y cinco vecinos y a cada uno de los cuales se le asignaron 50 fanegas de las amojamadas, “se ve que las cuentas no era el fuerte de aquellas gentes” y con la prohibición de que nadie fuese a poblar aquella aldea, sin el consentimiento del municipio cacereño, a cuya jurisdicción pertenecía, así como que no pudiese ser vecino del lugar, ningún caballero ni hijosdalgo, el rey don Felipe IV, necesitado de dineros, vendía cualquier cosa que se pudiera vender, y lo que no tambien, en 16 de julio de 1629 enajeno la jurisdicción, señorío y vasallaje del lugar a don Francisco Dávila, que se titulo Marques de la Puebla, y aunque el concejo cacerense hizo oposición a eta venta, mas tarde desistió de ella.

Hernando de Aldana:

Comendador de Moretana en la orden de San Juan de Jerusalén.

Frey Gabriel de Aldana y Figueroa:

Dominico, prior de los conventos de Galisteo y Cáceres, que llevado del fervor heroico que conduce a la santidad y al martirio, se llegó a Japón, a la conquista de almas para la grey de Jesucristo, hacia la segunda mitad del siglo XVII.

Fernando de Aldana:

Canónigo de Zamora y Arcediano de Toro.

Lorenzo de Aldana:

Guardian del convento de franciscanos de Cáceres.

Fernando de Aldana y Paredes:

Capitán de la Compañía de las milicias que Cáceres, envió a la guerra de Aragón y Valencia en 1630.

Fernando de Aldana y Saavedra:

Caballero de la orden de San Juan de Jerusalén, comendador de Ciudad Rodrigo, Torrecilla y Calasparra, Bailío de Nueve Villas, y embajador de su religión durante doce años, cerca del Rey Felipe IV.

Tenia esta familia sus sepulturas en la Capilla de San José del convento de San Pablo, luego en el Convento de San Francisco, por casamientos y habiendo faltado la varonía, vino a pasar a la de los Cáceres – Quiñones, y ambas, a finales del siglo XVIII, a la del Duque de Fernán Núñez.

(Fuente Publio Hurtado – Ayuntamiento y Familias cacerenses)

(fuentes Biografías)

Agustin Díaz