LIV CAPITULO BREVE HISTORIA DE CÁCERES-LA VILLA CACERENSE Y ALFONSO X (II)

                               BREVE HISTORIA DE CÁCERES

                                     LIV CAPITULO-SIGLOXIII

Cáceres y Alfonso X

Crónica desde la calle Cuba de mi llopis Ivorra

El Rey de Granada volvió a las andadas, ahora con la ayuda de Aben Yucef de Marruecos, que cruzo el estrecho con mucha gente de guerra, no dejaban sosiego al monarca Alfonso X, que dejo al mando de la tropa a su hijo el Infante don Fernando, el que envió a contener al moro a don Nuño de Lara, que murió en batalla, y así dejábamos el capitulo anterior, en Martos apresaron al Arzobispo de Toledo don Sancho, y matando el moro gran cantidad de  cristianos.

Y si estas desgracias eran pocas, en los últimos días de agosto, el Infante don Fernando, que se dirigía a la frontera con mucha cantidad de gente de refuerzos, para reparar en lo posible el agujero que le habia infligido el moro, moría de una súbita enfermedad en Villareal, nadie sabia que hacer en estas apuradas circunstancias, y era turgente el poner remedio, los musulmanes corrían a placer toda Andalucía, amenazando con cruzar el rio Guadiana, entonces el Infante don Sancho, aconsejando por don Lope Diaz de Haro, reunió cuantas tropas pudo y partido para la frontera logrando contener el avance del moro.

Al conocer estas noticias don Alfonso X, y desengañado de sus aspiraciones imperiales, regreso a la península, donde se encontró con otro problema, más arduo que los anteriores, el de la sucesión a la corona, que al fallecer el Infante don Fernando quedo planteado, según la                                           ley de partidas ,correspondía el derecho a los infantes don Alfonso y don Fernando, los llamados los infantes de la Cerda, hijos del malogrado don Fernando, pero don Sancho que creía que a falta de primogénito era a él a quien debía corresponder la sucesión, expuso sus pretensiones y pidió que se le declarase heredero, para apoyar su demando comenzó a formar partido, logrando atraer a muchos nobles, y trato de hacer valer ante su padre los servicios que durante su ausencia habia prestado conteniendo a los moros, don Alfonso cayó una vez más en vacilaciones, pero como el número de partidarios de don Sancho crecía y siendo ya muchas las ciudades que apoyaban sus pretensiones , el monarca acabo cediendo, y don Sancho fue reconocido como heredero, esto produjo como primera consecuencia la división de la familia real, la reina doña Violante tomó partido por sus nietos y huyó con ellos a Aragón, don Alfonso y don Sancho partieron rápidamente para Burgos con el fin de impedir la huida, pero llegaron tarde, los partidarios de los infantes lograron pasar la frontera antes de que les dieran alcance, en julio de 1276 don Alfonso estaba el Burgos, recibiendo a una representación de Cáceres, que habían acudido para pedir ciertas modificaciones relativas a la celebración de ferias.

La feria quedo incluida en el Fuero Alfonsí mediante rubrica adicional, el periodo ferial establecido por estas disposiciones duraba un mes, que se extendía los quince últimos días de abril y los quince primeros de mayo, ni la densidad de población, ni la producción del término, así como las vías de comunicación, permitían sostener feria durante periodo tan largo, las transacciones, en especial las de ganado se hacían en cuatro o cinco días, por otra parte las características de la ganadería cacerense reclamaba otra feria post-otoñal, por lo cual el Rey a petición del Concejo, divide las ferias en dos temporadas, l primero comprendía los ocho últimos días de abril y los ocho primeros de mayo y extendiéndose el segundo por los últimos siguientes a la festividad de San Andrés, prácticamente casi toda la primera quincena de diciembre, de ello expide carta la Real Cancillería en 19 de julio de 1276, quedando claro que los dos periodos de ferias es predominante para el tráfico de lanares y durante el segunda la cerda.

Un año después, o casi, en 12 de junio de 1277 don Alfonso X, libra carta abierta, prometiendo no pedir a la Villa, como a una del reino de León, por razón de pecho, préstamo o pedido, sino una sola moneda al año y sus pechos  foreros, no era este un privilegio espacial otorgado a Cáceres, era  una concesión hecha con carácter general a todo el reino, en compensación por el servicio que ciudades, villa y lugares concedieron al monarca por el cerco de Algeciras, precisamente a causa de la recaudación de este servicio se agriaron las desavenencias entre don Sancho y su padre, estas son las notas más saliente del triste fin que tuvo el reinado de  Alfonso X el Sabio.

El monarca encargó de su recaudación a un judío llamado  don Zag de la Maleha, ordenándole  que reuniese pronto los caudales, esos le hacían falta para socorrer a la flota cristiana que sitiaba Algeciras, la que estaba en una muy crítica situación, ( en febrero de 1279 llega al sitio Alfonso X, haciéndose cargo de las operaciones de sus tropas y comprobando el estado de estas.​ El asedio no avanzaba tras varios meses. Las escaramuzas por parte de los defensores continuaban causando grandes pérdidas, principalmente en el bando castellano, ​ mientras que las armas de asedio no eran capaces de romper las defensas.

Por el mes de abril, ya abandonado el sitio por el rey, que debió regresar a Castilla, comienza a sentirse la escasez de alimentos en el campo cristiano. Las tropas que debían mantener el sitio eran muy numerosas, y por alguna razón no llegaban los alimentos necesarios desde Sevilla. Según se sabría meses más tarde, los impuestos recaudados en Castilla con el objetivo de suministrar alimentos a las tropas, eran desviados por el infante Pedro con el objetivo de convencer a su madre Violante para que volviera a Castilla.  Esa primavera el calor en la zona fue especialmente elevado y pronto las aguas y los escasos suministros que poseían en el cerco comienzan a deteriorarse, causando terribles daños entre los cristianos cuando se desató una epidemia de peste. ​ Entre los enfermos destacaban especialmente los marineros, que por su mala alimentación y las horas que debían permanecer en sus barcos, se encontraban muy débiles. Por causa de la enfermedad, a principios de julio son muchos los ocupantes de la flota castellana que deben abandonar sus posiciones y establecerse junto a las tropas de tierra para ser debidamente atendidos. De este modo muchas embarcaciones quedan ancladas junto a la isla sin ocupantes o sin una dotación suficiente. ​Ese mismo año de 1279, Alfonso X firma una tregua con los benimerines. ​ En el lugar en el que las tropas castellanas establecieron sus armas de asedio se edificaría, años más tarde, la Villa Nueva de Algeciras por orden del rey de Fez, con el objetivo de evitar que futuros asedios utilizasen este ventajoso emplazamiento). ​

obedeció el judío y con rapidez extraordinaria, pero cuando tuvo reunido los dineros para enviarlos al Rey, don Sancho hizo que, por las buenas o malas, se los entregara a él, con el fin de hacer regresar  a la reina Violante que estaba huida en Aragón con los infantes de la Cerda, donde habia contraído importantes deudas, Don Alfonso entro en colera ante el proceder de su hijo, mando ahorcar al judío, cosa que nada remedió, se consumó la ruina total de la flota que sitiaba Algeciras, padre e hijo se vieron en Badajoz separándose totalmente desavenidos el infante parteo para Andalucía, don Alfonso hacia Castilla pasando por Cáceres donde estuvo al final del verano de 1280, la villa cacerense tenía planteado dos problemas de vital importancia para la economía del término, ya desde 1278, que eran el del  adehesamientos por personas particulares y el de las relaciones con la Mesta.

(fuente Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)

Agustin Díaz