XXVII CAPITULO-BREVE HISTORIA DE CÁCERES-FUERO DE GANADOS

                    XXVII BREVE HISTORIA DE CACERES

                               FUERO DE GANADOS

Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra

Pocos, o muchos, los pobladores que se establecen en Cáceres, en estos veinticinco años, captaron generalmente una realidad de importancia para el porvenir de la villa cacerense y su territorio, una realidad de singular importancia, aquí no se podía contar para vivir si n o es con los productos espontáneos de la tierra, a través de un duro, constante y paciente trabajo, y ello fue siempre, la colonia Norba Caesarina, no vivió si no meced a su grey, y cuando a causa de las guerras y de las invasiones , se hizo difícil el pastoreo , la tierra se despobló completamente, no encontrándose en condiciones de renacer como establecimiento humano, si  o es mil años más tarde, cuando la conquista, cuando el alejamiento de la frontera musulmana garantizaba la paz de los rebaños.

El conocimiento de esta realidad fue el aliciente más fuerte de la repoblación, ella se impuso desde el primer momento, la tierra lo planteaba así, con su estructura y su vegetación, por el clima y porque lo había venido a demostrar años antes de que las armes cristianas cruzaran el rio Tajo. Un hecho pecuario que hacia la mitad del siglo XII, se había realizado en la parte meridional de la península y que el territorio de Hins Qazrix, tan tenazmente defendido por el  moro, en el “Cacrés” tan ansiado por el cristiano, había alcanzado su más esplendida cristalización, tal fue el hecho de la aparición en España del ganado Merino.

España tuvo desde sus más remotos tiempos, una acentuada tradición ganadera lanar y caballar,  abundante en la Lusitania, y en la Bética, así como en la Turdetana, habla de ellos en sus informaciones Plinio, inmensos rebaños que aparecen en la Bética, cuyas ovejas producían una lana de hebra larga, suave, y lasa, de un color marrón rojizo lana muy apreciada en la Metrópoli, es el ganado churro ibérico, ( ovis aries iberica) existente en la península, durante toda la Edad Antigua , y que por cruzamiento con otras especies , sobre todo la africana, fue transformándose, hasta quedar convertido en la raza churra y lasa.

La invasión árabe, en los primeros siglos por lo menos, no modifico sensiblemente en lo que al lanar se refiere, el árabe invasor era más agricultor que pastor, y aunque importaba ovejas y carneros del África  para su sustento, nunca intento aclimatarlas en los primeros tiempo, al finalizar el siglo XII, se produce en el norte  de África el  movimiento almohade , una de las ramas de la tribu de los Zenetas , la de los Merinidas, que habitaba al Sur del Zab y dedicada al pastoreo, invade el Magreb hacia el 1.146, consigue imponerse a las demás tribus y se establece en la región del Atlas, con el nombre de Benimerines , estos llevaran consigo la raza oriunda de sus montañas de lana fina, corta y rizada, que en sus importaciones habrían de recibir la denominación de Merinas .Los Benimerines, intervinieron en las campañas Almohades de España, donde los reinados de Fernando II de León, Alfonso VIII de Castilla y  a partir de 1.206, ellos son los que forman los más nutridos contingentes de asistencia en la marca inferior leonesa, a la que importaron esta clase de ganando, que inmediatamente se aclimata a nuestro suelo y así llega a Cáceres las primeras ovejas  de la raza Merina, que al ser reconquistado el territorio , pasaría a ser parte importante del botín, los pobladores de Cáceres, encontraron una raza ovina, cuya superioridad con respecto a la churra era tan evidente que comprendieron enseguida las ventajas de la conservación  e incremento de estas.

Parece ser, que los pobladores provenían de tierras con persistente tradición ganadera, ya el fuero Alfonsí, tiene normas para la explotación de estas riquezas, las esperanzas en estos veinticinco primeros años  y el ritmo en la población, la totalidad del territorio se había convertido  en un inmenso Majadal, y al llegar el reinado de Alfonso IX, se impuso la necesidad de sistemizar los aprovechamientos y sobre todo, poner la cabaña en disposición de defensa, dado que aparte de la codicia que este ganado merino despertaba en los Golfines y maleantes, los ganados de las Ordenes Militares, y los de la cabaña leonesa y Segoviana, habían aprendido el camino de los invernales cacerenses, sobre todo en los riberas de los ríos  Almonte y del Salor.

Estas fueron las causas de la promulgación del llamado desde los tiempos de Ulloa Golfín Fuero de los Ganados , no es un realidad un fuero como tal, es más una reordenación ganadera, elaborada por el concejo en virtud de sus facultades normativas como corporación autónoma, si bien por mandato del rey y en su honor, el Fuero de los Ganados es por tanto nuestra ley personal, adaptada a las condiciones del vivir del Cáceres del siglo XII  , sobre el año de 1.255.

(fuentes Antonio Floriano )

Agustín Díaz