LXI CAPITULO-BREVE HISTORIA DE CÁCERES-CABALLEROS DE LA VILLA (V) LOS BLAZQUEZ

                           BREVE HISTORIA DE CÁCERES

                                LXI CAPITULO-SIGLO XIII

CABALLEROS DE LA VILLA (V)

Familia Blazquez (II)

Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra

Seguimos con la familia Blazquez, y si en capitulo anterior, veíamos la historia-leyenda de Novillos Blazquez, la de su hermano Blasco Ximeno II y que fuera su sucesor en el gobierno de Ávila.

Durante la memoria de edad de Alfonso VII, su padrastro el Rey de Aragón Alfonso el batallador, se acercó a Ávila pretendiendo le reconociesen por señor, los abulenses negaron tal, esgrimiendo que ya tenían reconocido el señorío del niño don Alfonso, el que andando la historia seria denominado como Emperador, que se encontraba en Traba (la Coruña) en custodia del Conde don Pedro y su mujer doña Gontrodo Rodríguez, don Alfonso afirmó que el niño habia muerto, los abulenses negaron y prometieron presentarlo en el plazo de dos meses y vivo, en caso de que no se cumpliera los plazos lo reconocerían a él como señor, pidió el Rey sesenta caballeros abulenses en rehenes, para asegurarse cumplieran lo pactado, al finalizar los dos meses, presentaron los de Ávila al príncipe y como se negaron a entregárselo, tomo represalia sobre los rehenes, coció a unos vivos en unas grandes calderas, a otros los acercó a las murallas de Ávila metidos en sacos, para que los defensores de la ciudad los matasen creyéndolos enemigos.

Cuando en Ávila fue conocido la bárbara represalia que practico don Alfonso, se produjo la indignación general y varios caballeros, a cuyo frente iba Blasco Ximeno II, y un sobrino suyo, salieron a buscar al Rey, para pedirle explicaciones por su felonía, lo alcanzaron en la aldea que llaman Diaciego (Ávila), Blasco Ximeno II entró en la tienda del Rey, le reprochó su deslealtad y le conminó a que señalase caballeros con los que lidiar, uno por uno, diez por diez, y hasta trescientos por trescientos, pero el Rey, ordeno a sus huestes que atacasen a los retadores, que andaban al descuido apeados de sus monturas, matando entre otros al sobrino de Blasco Ximeno II, este saltando a caballo se puso en fuga perseguidos por los caballeros del Rey Aragón, al que alcanzaron en el lugar llamado aldea de Cantiveros, donde al verse acorralado, les hizo frente, lechando bravamente dio muerte a un hermano del Rey, cayendo el también en el combate.

Sancho Ximénez y Gómez Ximénez, fueron brava gente que como adalides lucieron proezas en las campañas de Andalucía contra el moro Abu-Ya’Qub. Hijo de Blasco Ximeno II, fue Sancho Blazquez, padre del tercer Blasco Ximeno, que fue padre del primer Blasco Muñoz “El Soberbioso” que en las luchas de Castilla y León en tiempos de Alfonso VIII en el 1212 se apodero de la fortaleza leonesa de el Carpio, de este nació Juan Blazquez.

Este Juan Blazquez, es persona histórica para la villa cacerense, viene a la conquista y como noble castellano, seguramente, en los contingentes leones para ayudar en la campaña a Fernando III y debió de distinguirse en la toma de la villa, pues incluyo en sus apellidos el de Cáceres, que se convertiría después en el cognombre distintivo de toda la rama Blazquez, que se asentó en la Villa cacerense. Linaje histórico, con trazas novelescas, así Juan Blazquez es considerado como tronco de una ilustre descendencia que no se podía falseare al existir testimonios de ella, aunque gloriosa se trató de ilustrarla más por la rama femenina, al querer hacerle correr por las venas de los Blazquez de Cáceres sangre de la casa Real de León.

Juan Blazquez, casó con Teresa Alfón, biznieta de Alfonso IX de León, como hija de Gil Alfón, que lo fue de Martin Alfón y de su segunda esposa María González Girón, Infante bastardo nacido de los amores de Alfonso IX y dola María teresa Gil de Soberoso, dama gallega que apenas salida de la adolescencia cayo en las redes del promiscuo monarca Alfonso IX, fue doña Teresa Gil de Soberoso, el ultimo amor extramatrimonial del Rey, y debió de nacer ya bien entrados en el siglo XIII, pues la madre de doña Teresa, llamada doña María Arias de Fórmelos, antes de casarse con Gil Vázquez fue amante del Rey Sancho I de Portugal, más tarde 1198, con el que tuvo dos hijos, Martin Sánchez y Teresa Sánchez, Teresa Gil, nacida del matrimonio con Gil Vázquez con María Arias de Fórmelos, tuvo doña Teresa con Alfonso IX, cuatro hijos, don Martin el abuelo de Juan Blazquez, doña Sancha, doña María y doña Urraca, que no pudieron nacer antes de 1220, las cuentas no dan para que Juan Blazquez estuviese casado con una nieta de don Martin , en aquellas fechas este no tendría si no diez años.

Juan Blazquez, no se establece en la Villa cacerense, sigue al igual que los otros el avance de las huestes conquistadoras, regresa a Ávila, donde con su esposa, Teresa Alfón, “no tiene por qué ser esta forzosamente la bisnieta de Alfonso IX”, tenía varios hijos, entre los cuales un Blasco Monio, segundo de la estirpe con este nombre, es este el que corriendo el año de 1270 se presenta en la villa cacerense, asentado ya aquí, casa con doña Pascuala, hija mayor de Pascual Pérez y de Menga Marín, ricos estos particioneros de las dehesas del Alpoltreque, el nuevo matrimonio se establece en la villa de Cáceres, y convierten la antigua casa labradora en la casa solar de la estirpe de los Blázquez de Cáceres , y como escudo, media águila y medio castillo acodados en el paltimbra la portalada del palacio, conocido hoy como el de Mayoralgo, viene a vivir a la villa cacerense también sus otros dos hermanos, Digo Blazquez, que casó con Inés Ruiz de Saavedra, estos tuvieron una ilustre descendencia y Teresa Blazquez que casa con Gómez Fernández de Solís.

Blasco Monio, ya como Blasco Muñoz, se convierte en el personaje más influyente de la familia cacerense, la nobleza de su estirpe, el recuerdo heroico de sus antepasados abulenses, a lo que también contribuyó y no poco, los cuantiosos caudales de su esposa, forman base de un prestigioso poderío al borde de la sierra de San Pedro y junto a los ríos Ayuela y Salor, junto a la calzada que empezaba a convertirse en cañada, y a la vista de Alcuescar y Montánchez, aprovechando ,os basamentos de lo que fuera atalaya en tiempos de moros, eleva una torre para defensa de sus propiedades, siendo la primera  fortaleza que se construye dentro del término cacerense, después de la conquista, siendo también el primer signo señorial, que se construye prescindiendo del Fuero.

 

Las criazones y solariegos de los Blazquez descuajan las lomas, llanuras y valles que se extienden por las Sierra hasta el rio Salor, limpian los encinares y una buena extensión de tierras se roturan y ganados de todas las clases, merinas principalmente, pastorean en las faldas de las tierras y así se va constituyendo riquezas, que en un futuro próximo habría de integrar el Mayorazgo de la casa. Blasco Muñoz, no limita sus actividades a la Villa d Cáceres, reanuda los contactos con la corte, interviniendo en las contingencias políticas de su tiempo y al producirse la escisión entre Alfonso X y su hijo don sancho, se declara a favor del infante, inclinando también al concejo cacerense para que tome partido por este, que, en 1287, siendo ya rey viene a Cáceres para mostrarle su agradecimiento.

Al final del siglo XIII, el linaje con los nacimientos de varios miembros del matrimonio de Blasco y Pascuala, esta sólidamente establecido en la Villa de  Cáceres y unidos con otras familias con valiosos enlaces, en los comienzos del siglo XIV, Blasco Muñoz, funda el primer Mayorazgo cacerense, que lo fue por excelencia, que los Blazquez de Cáceres, comenzaron a ser conocidos como los señores del Mayorazgo, se convertiría por aquello de la corrupción el lenguaje en Mayoralgo, que vino a sustituir al apellido Blazquez, conociéndose en el futuro  como Mayoralgo, toda la descendencia. 

(fuente Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)

(biografías)

Agustin Díaz