XLIX CAPITULO-BREVE HISTORIA DE CÁCERES-DESAVENENCIAS ORDEN DEL TEMPLE (I)

 

                                BREVE HISTORIA DE CÁCERES

                                   CAPITULO XLIX SIGLO XIII

Reinado de Alfonso X - SIGLO XIII (I)

(desavenencia Con la Orden del Temple)

Crónica desde la calle Cuba de mi llopis Ivorra

De adversa fortuna fue la del monarca Alfonso X, quizás el de más de los monarcas españoles, enriquecido por las reconquistas de Fernando III, su padre, agrandados sus dominios hasta lindar con los dos mares, engrandecido su poderío con notables alianzas, y ya muy debilitados los musulmanes por sus guerras internas, era lógico pensar que durante su reinado se gozase de paz y prosperidad, al menos eso deseaba el monarca, pero Alfonso X no logro entenderse con sus súbditos, o más bien los súbditos no quisieron saber nada de este Rey, y así los treinta y dos años que duró su reinado fuera una sucesión ininterrumpida de conflictos, perturbaciones y sin sabores que alcanzaron incluso a la esfera domestica del soberano.

Al subir al trono el 29 de mayo de 1252, contaba con treinta y un año de edad, y desde hacía ocho estaba casado con doña Violante o Yolanda, hija del poderoso Rey de Aragón Jaime I, a la que habia tomado por esposa siendo ella todavía una adolescente, como era natural en estos ocho años el matrimonio no tuvo descendencia, esto dio pie para suponer queque Alfonso X pensaba en repudiarla, para contraer matrimonio con una princesa Noruega (la Reina debía tener solamente  dieciséis años, la Princesa Cristina de Noruega vino en efecto a España en 1254, pero para contraer matrimonio con el Infante don Felipe, hermano menor de Alfonso X)  pero durante el primer año de reinado, la Reina dio a luz ala Infanta Doña Berenguela y al siguiente nació por fin el ansiado heredero don Fernando, al que siguió luego una copiosa descendencia (después de nacer don Fernando de la Cerda, le siguieron don Sancho, don Juan, don Jaime, doña Isabel, doña Leonor y doña Violante, sin contar hijos bastardos, entre los cuales citan a don Alfonso “el niño”  por el cual Alfonso X el sabio, tuvo una especial predilección y doña Beatriz, que andando la historia seria reina de Portugal).

Durante los primeros cinco años del reinado de Alfonso X, las relaciones con la Villa Cacerense, se limitaron a la promulgación del Fuero de los Ganados y del privilegio en virtud del cual  los vecinos de Cáceres, no estaban obligados a acudir en hueste si no con la persona del Rey, en sus fronteras y por un tiempo no superior a los treinta días, ocupado el rey en consolidar las conquistas de su padre en Andalucía, donde cabecillas y reyezuelos moros se habían alzado al saber la muerte de Fernando III, y en afianzar su alianza con el reino de Aragón y la neutralidad del rey de Granada Mohammad I, apenas si tiene algún contacto con los territorios del Oeste de su reino, mientras la villa  cacerense,  habia empezado a tener sus primeras dificultades.

Cáceres estaba rodeada por  múltiples inquinas , unas de la malquerencia de las Ordenes, que no se resignaban por las buenas a soportar el enclave de una villa de realengo, fundada con las aspiraciones de la más poderosa de las Ordenes ,la de Santiago, nacían otras de los nuevos concejos creados al Sur del territorio cacerense, Mérida y Badajoz, que previendo el potencial económico de la Sierra de san Pedro, que ya por la parte de Cáceres empezaba a  hacerse sensible, tratan de incluir en sus respectivas  jurisdicciones  la parte que pueden de ella, otras provenían de  la actividad irreductible, llevada a veces hasta la mas fiera intolerancia, adoptada por la villa para defender sus merinas contra el mestizaje, tratando de cerrar de una manera absoluta los pastos al ganado del Norte, causa por lo que comenzó el conflicto.

No se habia cumplido el primer año del reinado de Alfonso X, cuando al Norte del termino se origina la primera cuestión sobre los pastos, siendo la Orden del Temple la que plantea en forma de una extremada violencia, esta Orden nacida en Francia hacia 1118, con el fin de proteger a las peregrinaciones a los sanos lugares, habia penetrado en la península al amparo de los Condes de Barcelona y más tarde de los reyes de Aragón, quienes le hicieron muchas mercedes, la colmaron de privilegios, les donaron muchas casas, villas y castillos en sus estados, desde allí pasaron hacia el Oeste, estableciéndose en Portugal y el León, más tarde en Castilla, siempre protegido y arropados sus  caballeros por los  monarcas, que pensaron hacer de ellos una estupenda fuerza combatiente contra los musulmanes, a la sombra de esta protección, los Templarios crecieron rápidamente en poderío, acumulando enormes riquezas ,lo que les hacía alardear de independencia haciendo  pequeños estados en sus encomiendas.

Estaba estos caballeros establecidos en la Trasierra, desde los tiempos del emperador Alfonso VII de León, y según parece su casa-convento principal era la de Alconétar, desde eta posición defendían el paso del rio Tajo y en el que durante las luchas con los almohades, durante el reinado de Fernando II de León y el de Alfonso IX, se mantuvieron casi milagrosamente, sufriendo constantes ataques de los musulmanes, hasta consolidarse definitivamente en esa posición en los comienzos del siglo XIII, el Castillo centraba un amplio territorio que comprendía las jurisdicciones de Garrovillas, Talaván, Hinojal, Cañaveral y Santiago del Campo, con magnificas tierras de pastos al Norte del Tajo y el dominio absoluto de la calzada hasta muy cerca de Plasencia, este territorio se convirtió en encomienda de la Orden, ciertamente de las más ricas, ya que una vez conquistada Cáceres se habia acumulado en ella gran cantidad de ganado norteño que miraba con codicia los invernaderos cacerenses.

(fuente Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)

Agustin Díaz