XXVIII CAPITUL -BREVE HISTORIA DE CÁCERES-EL CONCEJO

El concejo 

Crónica desde la calle Cuba de Mi llopis Ivorra 

Al Final de los Fueros de Ganados, y tras la rúbrica 77 del m ismo, se copia el códice cacerense una serie de once leyes, que se estiman sean adiciones hechas a los fueros, o inscripciones incluidas en el libro de privilegios reales, juntamente con otras reiterativas de  e normas ya contenida en el Fuero Alfonsí, y aclaratorias de leyes anteriores, juntamente con estas aparecen rubricas, que tiene  tono de ordenanzas de policía urbana, como si fueran disposiciones acordadas en concejo, para el buen gobierno de la Villa.

Se ve, claramente que al libro original de los fueros, se fueron agregando sucesivamente nuevas disposiciones y rubricas, a medid que se iban recibiendo  los privilegios o el concejo, aprobando  normas nuevas, pero esta práctica debió de cesar pronto, es posible que estas prácticas no pasasen de los primeros años del reinado de Alfonso X, pues en 1.255 el poblamiento del termino era completo, y no hay noticias de que con posterioridad se hicieses adjudicaciones de tierras a los nuevos pobladores.

EL CONCEJO   

1º) El termino de Cáceres

Se inicia el fuero de Cáceres, con la asignación  a la Villa de un territorio jurisdiccional, termino, este ya había sido concedido por la Carta de Población, y de ella debo tomarse su deslinde para encabezar el Código Municipal, como imprescindible a la determinación espacial de su vigencia.

El término de Cáceres, fue una resultante del desarrollo de la campaña conquistadora en ambas vertientes del Tajo, comprendido entre las dos sierras, toda la parte leonesa al Norte del rio, había quedado en poder de las ordenes, Castilla dominaba la transierra desde las fuente del Jerte, en Tornavacas hasta la desembocadura del Tiétar, eran de moros Trujillo, Santa Cruz, Montánchez, Mérida y Badajoz, y las mismas ordenes habían pasado por occidente a la vertiente meridional. Fijando la de Alcántara sus avanzadas en el valle del Salor, con su encomienda más adelantada hacia las fronteras de Valencia de Alcántara, una arco tendido desde esta posición y que subiese hasta tocar el Tajo en Alconetar para descender después por el valle del Tamuja, hasta los aledaños de Trujillo, marcaría el limite septentrional ganado al m oro al conquistar Cáceres, y que, teóricamente al menos podía asignarse como termino a la naciente Villa.

Pero por el Oeste, las encomiendas alcantarinas, se corrieron hasta la rivera del Araya, no estaba claro por el Sur hasta donde alcanzaban los dominios, y el alfoz (territorio que rodea una ciudad ) del castillo de Alburquerque , se dudada sobre la jurisdicción que podría asignarse  al de Montánchez, y en estas condiciones, el deslinde hubo de señalarse un poco a la ligera, con imprecisiones en muchos de sus tramos y con evidente desorden en la enumeración de hitos o mojones, facultando su actual identificación, así es como aparece en la primera rubrica de los fueros.

Se inicia este deslinde señalando los confines de Montánchez, tal delimitación era nada más que una cautela política,  por de pronto, la línea de separación entre Cáceres y alfoz de este castillo, no era necesaria, ni tampoco posible determinarla, ya qu la fortaleza con todo el territorio circundante, comprendido entre la sierra de su nombre y la articulación con la de san Pedro, era aun de moros, y ya se encargarían estos de marcar la separación , pero Montánchez pertenecía a la expansión castellana y el recuperarlo era, o debía d ser negocio de castilla, conviniendo a Alfonso IX tener claramente establecida la delimitación, para cuando se diese esta contingencia que parecía inminente, como así fue, a fin de evitar nuevas desavenencias con su hijo Fernando III .

En esta frontera se establecen dos hitos extremos que son perfectamente identificables en nuestros días , el inicial y del que arranca todo el deslinde, se sitúa en la Torre de Santa María (de la torreciella que ésta enna penna en derecho de santa María) y el final se señala en el sitio preciso en que la Calzada Guinea  cruza el Ayuela (Km 74 de la actual carretera) la línea de demarcación iba por los valles y dejaba  a su derecha y  dentro del término de Cáceres, la atalaya de Ibn Jalis (atayala de Abençales) actualmente Santiago de Vencaliz, (muy cerca de las Casas de D Antonio)con una extensa pertenencia .que entonces se extendía desde la orilla derecha del Ayuela hasta la actual dehesa llamada Hocino.

(La pertenencia de Abençales, fue una de las primeras tierras colonizadas al Norte de las sierras, ya lo había sido en la época romana como consecuencia de haberse establecido allí la primera mansión de la Vía Lata, despoblada en tiempos Visigodos y de la invasión árabe, vuelve a renacer hacia 1.170, en que un morisco Ibn Jalis, reactiva sus cultivos y eleva allí una torre o atalaya para protegerlos, en el avance posterior a la reconquista de Cáceres, los santiaguistas creyendo que estas tierras dependían del alfoz de Montánchez, se apoderaron de la atalaya y pertenencia , de ahí su nombre, Santiago de Vencaliz, pero las reivindico Cáceres prontamente como parte de su término, hoy se denomina Heredamiento de Santiago de Vencaliz.)

Tras el limita de Montánchez, se reseña el lindero meridional, el de las sierras, de un modo particular, puesto que estas todavía estaban en manos de moros, no la marca la totalidad del festón serratico, si no que partiendo del mojón que se señalaba como termino meridional de Montánchez, el cruce con la calzada del ayuela, y siguiendo la vía para  adelántate dirección sur , hasta penetrar en la sierra, lo mismo que hace la calzada , va a parar a la confluencia  del Arroyo de alpotreque rivera del Sansustres  con el Botoa, en  este tramo se establecen como mojones intermedios , los hitos de Arroyo de la atalaya, desciende por las sierras de Alcuescar, , el casar del Conde Don Gonzalo, el sendero de Carmonita y la Angostura de Lacara, pero todo muy impreciso, dado que lo peculiar del terreno  la sierra de San Pedro no permite marcar una línea definida, a esto hay que añadir, que en el momento que se señalaron y adjudicaron este termino, y por el ghecho de que todavía estaba en poder e moros, se debió proceder de memoria , y por informaciones imprecisas de adalid, atalayeros y escuchas .Eso explica el desorden e la enumeración de los hitos y la imprecisión de la línea, lo que habría de traer cuestiones de límites entre Cáceres, y sus colindantes, Montánchez, Mérida, Badajoz y Alburquerque, que habrían de tardar muchos años en solventarse.

Desde botoa, en el punto en que el camino de Badajoz cruzaba este rio , sigueindo la vertiente hasta las aguas d Azagala, hasta la confluencia del Ayala con el Salor , corría el i Sur-occidental, entre Badajoz y Alburquerque y con las encomiendas meridionales de la Orden de Alcántara ,iba la  linde por el puerto y Arroyo de albocar, que desagua en el Salor entre la Aliseda y Herreruela, seguía hasta la Rivera del Araya, que quedaba en su totalidad dentro del término de Cáceres

Tampoco queda definido claramente el tramo Nor-Occidental, a pesar de su longitud que se extendía desde la desembocadura del Araya en el Salor, hasta Alconetar, sin mencionar hitos intermedios, solo se dice que iba por la Mata que no es una denominación toponímica, sino una denominación genérica. El territorio así asignado a la villa recién conquistado era amplísimo, puede calcularse una extensión de superficie superior a los 200.000 hectáreas, (la actual superficie  es equivalente a 1.766 kilómetros cuadrados ) lo que explica el que aun hoy, y a pesar de las mutilaciones sufridas por haberse concedido concejo propio a pueblos nacidos en torno y aun dentro de su perímetro, sea el término municipal más amplio de España, Esta amplitud, que en otras circunstancias hubiera sido base para un más fácil desenvolvimiento, en un principio no hizo sino aumentar las dificultades de la repoblación ,  

 

 

(Fuentes Carlos Floriano)

Agustín Díaz