XXX CAPITULO-BREVE HISTORIA DE CÁCERES-HAB ITANTES DE LA VILLA CACERENSE 

                            BREVE HISTORIA DE CACERES

                                XXX CAPITULO SIGLO XIII

Habitantes de la Villa Cacerense  

Crónica desde la Calle Cuba de mi Llopis Ivorra

En el capítulo anterior, repasábamos como se pobló la tierra cacerense, hoy vamos a ver como se pobló el inmenso  territorio  de Cáceres, de como se hacia el reparto de tierra conforme llegaban los grupos de emigrantes, y de cómo tras el sorteo de la tierra concedida, heredad, con este hecho quedaba convertido en vecino.

Se clasificaron los habitantes de Cáceres, con arreglo a lo establecido en los fueros que se le otorgaron a la villa, tras la reconquista, el primero teniendo en cuenta su personalidad jurídica en relación con el Concejo, el segundo se consideraba la condición social de la persona. Destacan en el primer de los aspectos, como más numeroso la base fundamental de la población, los vecinos. Teniendo en cuenta que todo poblador heredado, es vecino, sea cual fuere su condición social, la cualidad de vecino se le daba ya sea por heredad o partición, pero la vecindad solo solamente se consolidaba teniendo casa abierta en la Villa, y estando inscrito en el padrón de unas de las parroquias, quien  cumpliere todas estas condiciones era considerado vecino a fuero ,aceptando todas las obligaciones que el mismo imponía, y pudiendo disfrutar de todos sus derechos. La calidad de vecino se perdía, por delito o por extrañamiento, la primera se podía redimir, ya por perdón o extinción de la pena, el que se desavecindaba voluntariamente, no podía ser nuevamente admitido como vecino.

Condición inferior en grado a la de los vecinos, era la del morador, habitante no vecino del término, no posee bienes raíces, viviendo al amparo, al servicio o como cliente de algún vecino, habitando con este o en casa alquilado, también el Fuero ampara al morador, tanto en su persona como en sus cosas, pero sin reconocerle ninguno de los derechos que se consideraban inherentes a la vecindad. El aldeano es el elemento rural de la población, el cual no vive en la Villa, reside en el campo, generalmente en las granjas de labor, podía ser también vecino, siempre que tuviere casa en la Villa y que esta casa estuviera poblada por sus hombres, recibiendo entonces la condición de vecino aldeano, siendo elementos sociales muy ponderables.

Existieron en Cáceres todas las clases sociales reconocidas en los estados accidentales de la península, el Fuero habla de hombres libres, y siervos, los primeros clasificados en nobles, (nobiles) y plebeyos (ignobiles)  , al igual que la división de alta y baja nobleza, entre los primeros a los ricos hombres, y entre los segundo a los infanzones y a los caballeros, todos son  iguales ante el Fuero, teóricamente, porque en los primeros tiempos de la población de Cáceres, no hubo nobleza, los pobladores en su totalidad pertenecían a burguesía ganadera, constituida por los hombres de condición libre, que fueron quien con sus solariegos y sus criazones colonizaron la tierra, La nobleza llegó después, en lo referente a los caballeros que tanto son citados en los Fueros, no tenían condición de nobleza, se denominaba caballero a todo ciudadano de condición libre, vecino de la Villa, y que en ella tuviera caballo apto para la guerra, llamados caballeros villanos, o caballeros burgueses, también conocidos por caballeros pardos, color del traje que solían usar, gozando de muchas exenciones y privilegios que los equiparaban en muchos aspectos a los de la nobleza, esta viene instituido desde Castilla y se remonta hasta el siglo X, y siempre fueron considerados como elementos más distinguidos de los ejércitos cristianos.

 

Otros elementos de la población, eran los pertenecientes a las razas extranjeras, moros y judíos. Los moros, debieron ser numerosos, disponían de un arrabal al noroeste de la villa, que hasta hace poco se llamaba calle Moros, todos cautivos i o prisioneros de guerra, sometidos a servidumbre y dependiente siempre de un señor, siendo los primeros que ponen en cultivo los huertas de la Ribera, pocos Mudéjares ( moros que habían pertenecido a la antigua población musulmana)  quedaron a vivir en la villa, esta población debió de ser  muy escasa y debió huir en el momento de la conquista, alguno quedó, y a ella perteneció al grupo de Alarifes, que durante los siglos XIII y XIV, realizaron obras típicas de albañiles de ladrillo, como la Casa Mudéjar en la Cuesta de Aldana, muchas bóvedas de aristas, ejecutada con una técnica que hasta hace poco subsistía en Cáceres, Postigo de Santa Ana, Puerta de Coria.

También convivían judíos en gran número, se hacen muchas referencias a ellos, aunque en los primeros tiempos no era lugar adecuado para sus actividades, fue en la segunda mitad del siglo XIII, acudieron muchas familias a establecerse en la Villa, incrementándose a lo largo del siglo XIV y primera mitad del XV, en 1479 había en Cáceres 130 familias judías, mucha gente para una población de dos mil vecinos, en un principio y posiblemente la sinagoga fuera la actual iglesia del  Espíritu Santo, de la que también habla el Fuero que Alfonso IX de León otorgo a la villa cacerense. Como es natural también había una población flotante, de gente transeúnte o forastera, que hacían estancias más o menos prolongadas en territorio cacereño, eran los llamados extraños, se les daba cierta facilidad para que viniesen a traficar con mercaderías, pero recibido con desconfianza, a causa de la abundante nómina de todas clases de maleantes que se movían por entonces, y al forastero se le castigaba con severidad si era sorprendido dentro del término de la Villa, cazando, pastando o pescando sin permiso del Concejo.

(fuentes Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)

Agustin Díaz