XXXIV CAPITULO-BREVE HISTORIA DE CÁCERES-LA FAMILIA Y LA CASA (I)

                       BREVE HISTORIA DE CÁCERES

                          XXXIV CAPITULO SIGLO XIII

La familia y la Casa (I)

Crónica desde la Calle Cuba de mi Llopis Ivorra

Siguiendo la pauta que llevamos en capítulos anteriores, en los que vimos

Los primeros pobladores tras la reconquista de la villa cacerense, la composición del Concejo, las primeras edificaciones y los primeros barrios, para continuar con el municipio y los Fueros otorgados a la villa por el Rey, hoy vamos con la familia, la casa y el ajuar.

Como todo poblamiento, implica un asiento permanente, por lo que se crea una relación entre la tierra y el poblador, cuyo nexo radica en la estabilidad del gripo humano, que al poblar un territorio hace de la una nueva patria, para crear este nexo hace falta una familia, que dé continuidad de intereses, ellos implican que los Fueros regularicen la organización familiar dentro del derecho.

Todos los individuos unidos por el vinculo de sangre, son denominados por los Fueros de Cáceres, parientes, para los aspectos jurídicos, se restringe en grados de parentescos a padres, hermanos y primos hasta cuarto grado, solamente estos, siendo vecinos pueden dar Salva Fe, por si y sus parientes, pueden jurar su inocencia o en favor de su derecho en las demandas que se realicen contra ellos, asistirlos en sus negocios jurídicos, y apoyarlos en sus relaciones con el Concejo, en las querellas los parientes cobran las calonnas (multas) del vecino perjudicado, el matador es enemigo de todos los parientes del muerto, que podían tomar venganza del delincuente, y si algún vecino entraba en religión estaba obligado a entregar a sus parientes la mitad de su caudal.

La aparición en respecto a las relaciones parentales del derecho de tanteo y retracto en favor de los componentes de la familia, y en los casos de enajenación de bienes e inmuebles inter vivos (entre personas vivas) el hombre de Cáceres que quisiere vender su heredad, estaba obligado a comunicarlo primero a su parentela con derecho a heredarle, para que estos tuvieran preferencia con el tanto que otro diere por ella, y en el caso que hubiera vendido sin hacer la notificación, habrá de rescatar la propiedad enajenada para hacer entrega de ella a sus familiares, los cuales podrían hacerse con ella pagando en tres tercios, de nueve en nueve días, tendía el Fuero a la conservación del patrimonio dentro del grupo familiar, para evitar la fragmentación excesiva de la propiedad.

El patrimonio, era de la unión heterosexual legitima, como base indispensable y fundamental de la familia, la unión de un hombre y una mujer para constituir una familia, era un acto laico y de carácter estrictamente familiar, siendo en suma un negocio de parentela, basado sobre todo en la voluntad del contrayente. Se realizaba este negocio a lo largo de un proceso de actos, comenzaban con el noviazgo  y terminaban con la tradición de los esponsales, o entrega de la desposada al marido, a lo que el noviazgo se refiere, seguro que había enamoramientos espontáneos, pero el concepto de honor familiar de la época y sobre todo el de la autoridad paterna, en especial que ejercía sobre la hija, en las uniones conyugales entreviesen, elementos extraños al amor, ya que en ultimo termino, los padres impusiesen su voluntad, esto aparece y claramente en los Fueros.

Efectivamente, sin el consentimiento de los padres, o en su defecto por los familiares más proximos en grado, era imprescindible para el matrimonio de la doncella, esta no podía casar a solas, asea sin el consentimiento de sus padres, si lo hacía, quedaba deshereda y el que la desposare era declarado enemigo, como si atentase al honor familiar, esto alcanzaba aun a una huérfana, a ala que tenían que dar consentimiento los parientes paternos y maternos conjuntamente, de tal suerte, que si dieran consentimiento al matrimonio, una sola rama de la familia, estos eran declarados enemigos debiendo pagar a los otros parientes de la doncella, tanto como si la mataran.

El matrimonio legítimo, previo noviazgo y el consentimiento, comprendía dos actos distintos en todos los estados cristiano durante la Edad Media, reflejados en el Fuero, son los esponsales y la boda, los esponsales, tenían el carácter de un contrato entre el novio y el padre de la novia,, la ceremonia de esponsales se celebrara en casa de uno de los contrayentes, generalmente en el de la novia, allí concurrían parientes  de ambas partes, aviniéndose a los que los padres de esta habían de entregarle un ajuar o menaje de la casa, consistente en  ropas ,joyas , muebles o dinero y sobre lo que a  la desposada ,habría de entregar el novio, en arras, en vestidos de bodas, esto se hacía tendiendo en el suelo una manta en la que alternativamente, iban aportándolos contrayentes sus respectivas aportaciones, dándose garantías reciprocas de cumplir  el compromiso matrimonial (esta costumbre ha subsistido en algunos pueblos de la comarca hasta principiado el siglo XX, dos días antes de la boda y en casa de la novia, se juntaban los padres de los novios, tendían una manta en el suelo, y la novia iba presentando en ella todo su ajuar y y aportación al matrimonio, después el padre del novio expresaba lo que daba a su hijo, para fundamento del nuevo hogar, y si estaba conformes se hacia la promesa de matrimonio  o toma de dichos, muchas bodas se rompían en este acto, al no hallarse conforme con lo aportado una de las partes, con  la aportación de la otra) , por el esponsorio, el esposo adquiría el derecho de que la esposa le fuera entregada, pero uno u otro podían arrepentirse después de la celebración, contingencia que prevé el Fuero, penando el arrepentimiento con una multa de cien Maravedis.

Los esponsales daban paso a la boda, la entrega de la esposa al esposo por sus padres o parientes en una ceremonia solemne, la intervención de la iglesia no era necesaria para la celebración de los matrimonios, poco a poco se fue adquiriendo  la costumbre de bendecir de bendecir el lecho nupcial y más tarde, la que fueran los propios contrayentes los que recibieran del sacerdote la bendición, al llegar el siglo XIII y en la época del Fuero de la Villa cacerense, la intervención de la iglesia se hizo indispensable, la novia era conducida al templo en una cabalgadura, vestida de blanco, coronada de flores y con un largo velo cubierto de flores, acompañada por el cortejo de mujeres, alguna de las cuales y por supuesto la madrina iban tambien en cabalgaduras, el novio con el acompañamiento de hombres esperaba a la puerta de la iglesia, en el templo se celebraba misa, bendicion, exhortación, tras lo cual se hacia entrega de la desposada por los padres al sacerdote y este en nombre de dios y de los padres la entregaba al marido, terminada la ceremonia, el cortejo regresaba a la casa de los contrayentes, siendo costumbre que desfilara por la plaza y a continuación tenía lugar el banquete, y los festejos de rigor, la paz durante las bodas era celosamente guardada por el Concejo, el que procuraba que nadie viniese a perturbar las alegrías de las nupcias, penando el Fuero con multa de tres Maravedis al que lo  intentase.

(fuente Antonio Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)

Agustin Díaz