X CAPITULO-BREVE HISTORIA DE CÄCERES-CRISTIANO-VISIGODA

 Cáceres-Cristiano-Visigoda 

 Crónica desde la calle Cuna de mi Llopis Ivorra

En el capítulo anterior, habíamos dejado al romano terminando de construir sus puentes sobre la calzada romana, Vía Lata (Ancha), ya establecidas las colonias, y en pleno rendimiento la que nos ocupa la Norba Caesarina, sin embargo corría el siglo II d.c. y no soplaba el viento en buena dirección, para la villa cacerense.

Cáceres, desde principios del siglo III, hasta el periodo de su reconquista por las armas cristianas, el cual empieza  hacia la mitad del siglo XII, desaparece por completo del horizonte histórico, nueve siglos, nueve, de silencio, durante los cuales ni las crónicas , ni los monumentos, ni siquiera los documentos , dan nombre ni datos alguno de Ciudad o población que se a asimilable a Cáceres, cosa que también vale para su territorio, Coria, es la única que pervive a través de las fuentes  Visigodas , y de esta hacia el Sur, no se encuentra ni un solo núcleo de habitación colectiva, ni constancia de nombres que indiquen alguna localización, al no ser por las por las pocas pistas arqueológicas, pocas y escasas, se puede llegar a la consecuencia de que Cáceres desapareció como población a principios del siglo III, para resucitar como fortaleza , con las correrías de los árabes almohades, y que el territorio quedo casi despoblado en su totalidad, siendo tierras de tránsito y correrías  y trasiegos militares, de invasiones y de las consiguientes luchas de los pueblos barbaros entre sí, más tardes  de los musulmanes entre sí o con los cristianos.

Un eco, casi apagado por lo legendario , enlaza la sierra Sudeste del llamado Cerro de los romanos , a cuatro kilómetros al sur de Cáceres, con la piadosa tradición de la Virgen Eulalia, la mártir emeritense , allí sitúa una tradición el llamado Pago Pontiano  (que fue poblado romano) del que era vecino la granja de Liberio, donde la santa nació, alguna crónica desde muy antiguo, hablaba de una ermita dedicada a la santa, y en la abundancia de restos romano  por los alrededores, pero que nadie  ha conseguido llegar a ninguna conclusión satisfactoria.

Al invadir los barbaros nuestra península, , Cáceres y su territorio no quedaron incorporados al reino visigodo, hasta bien entrado el reinado de Leovigildo, en el reparto de tierra que se hizo en el año 411, entre los pueblos invasores, correspondieron a los Alanos las antiguas provincias romana de Lusitania y la Cartaginesa, pero el dominio alano, duro muy poco en estas comarcas, Los visigodos llegaron a España en el 415 a los mandos de Ataulfo, , su sucesor, (tras el reinado relámpago de Sigerico,)Valía, concierta un pacto con el emperador Honorio, en el caula a cambio de una considerable cantidad de vivieres, para saciar el hambre de su ejército, el rey Godo se comprometía a devolver  a Honorio a su hermana Gala Placida, y a combatir como auxiliar, a los alanos , Vándalos y Suevos, que habían invadido la península, Valía, en cumplimento de los pactado, emprende en el año 416, una campaña contra los Alanos y Vándalos Silingos de la Bética con tal fortuna, que en un muy breve espacio de tiempo consiguió aniquilar a ambos pueblo , que desaparecen del panorama histórico, estamos en el año 418, y por consiguiente los Alanos no dominaron sobre el territorio cacerense nada más que un lustro, y no dejaron tras de sí el menor rastro, pero no quedo por ello, toda Lusitania en poder del reino Visigodo, el occidente peninsular, no obedecía a ningún dominio, y su tierra era corrida por toda suerte de barbaros , hasta que los Vándalos pasan a África, y los Suevos se estabilizan en el noroccidental de la península, y fijando sus fronteras meridional en los márgenes del Tajo, desde Alconetar hasta Lisboa.

Los Suevos no eran, buena vecindad para los Visigodos, y al subir al trono Leovigildo, hizo en la política unificadores uno de sus objetivos, hacia el año 572 el rey suevo Mirón , receloso de las conquistas de Leovigildo en la Bética, emprende una campaña contra los Arragones, estos habitaban en territorios de las Batuecas,  las Hurdes, Coria, Plasencia , más tardes contra los Rucones que Vivian entre Jaraicejo , Trujillo, Conquista y Logrosan, Esto fue interpretado por el monarca Toledano como provocación y atacó a los Suevos, deshaciéndolos de una manera completa, estamos en el año 584 y el estado Suevo desapareció, todo su dominio quedo incorporado como provincia al reino Visigodo, y la unificación de la península quedo de este modo conseguida, Cáceres, quedo incorporada al imperio de los nuevos dominadores.

Las demás noticias que se tienen del reinado de Leovigildo y su relación con Cáceres, es referente a la rebelión religiosa de su hijo Hermenegildo, Mérida y Cáceres habrían abrazado el partido católico, alzándose en favor del príncipe , Leovigildo ante esto reunió un potente ejército y marcho sobre la Lusitania, atacando Mérida y Cáceres, por dos veces, consiguiendo apoderarse de ambas poblaciones .

Fernández Guerra, relata estos sucesos:

 Leovigildo, se propuso antes, tomar y castigar en la misma provincia a Cesárea (Cáceres) colonia romana también, y ciudad tripartita, compuesta de la muy antigua y muy  fuerte población de la colonia Norbense que se apellidó Caesarina y estuvo sobre la finita sierra y de los campamentos romanos de Castra Servilia y Castra Caecilia muy cerca de su píe, y establecidos por Metello cuando la guerra contra Sertorio.

Denodadamente combatió el anciano monarca a la ciudad, la entró por fuerzas de armas y fue duro en el castigo, sin detenerse, y  a fin de que esto sirviere como escarmiento a los de Mérida, puso a cerco a la población entablo negociaciones con los ciudadanos, mas conspicuos  e influyentes deseoso de otorgarles una paz honrosa, muchos se opusieron y pelearon con bizarría, pero del Rey fue la victoria.

Cuando de ella se consideraba muy pagado, supo haberse rehecho los de Cesarea con grandes refuerzos y vuelto a tomar la voz de Hermenegildo, , aseguro bien la interesantísima conquista de Mérida y volviendo atrás en una guerra sin cuartel , cesárea sucumbió, fueron pasados a filo de  espadas sus moradores y el vencedor descansó en Mérida por breves días .

Cuidó de perpetuar estos sucesos en monedas de oro, la triste suerte de Cesarea, por ambos lados se ve en ella de frente  el busto del rey afeitada la barba muy rizado caballera, iste paludamento y en una parte dice la inscripción

                                             BI CAESAREA IV

Y en la otra

                                             +TO LEOBELDUS

Dos Veces Cesarea es  justo Leobeldus.

No hay más crónicas de Norba Caesarina ni de Cáceres tampoco, solo el apunte del paso de Leovigildo y la destrucción de la ciudad por dos veces, pero esto también es hipótesis , conclusiones sacadas del hallazgo de una moneda, tendremos que  esperar hasta mediado el siglo XII que nos invadan la sexta Almohade para volver a ver la luz de la antigua colonia romana.

                                            Leovigildo

( fuentes Antonio C Floriano

Agustín Díaz