APELIIDOS DE LA VILLA CACERENSE-SOLIS II

12.08.2021 10:35

      APELLIDOS ILUSTRES DE LA VILLA CACERENSE

                         XLIII

Solís (II)

Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra

En el capítulo anterior dejábamos al de Solís ,con los preparativos de boda:

“Gómez de Solís, ambicioso sin límites, y una vez aupado al poder y la dignidad de Maestre, intento que su hermana no se casara con este noble caballero, que lo fue en todos los sentidos de Francisco de Hinojosa, pretendió casar a su hermana doña Juana con un mejor partido, pero está enamorada, le abrió el balcón de su estancia, para que el de Hinojosa escalara hasta su cuarto, el resultado fue que quedo embarazada y de ahí la asunción que se vio forzado a dar a la boda el Maestre”, 

 y para dar más brillantes a los esponsales que se efectuaron en Cáceres, invito a casi la totalidad de Comendadores de la Orden, y demás caballeros particulares de fuste y nobleza cacerense y extremeña, a disfrutar de los festejos preparados para tal evento, siendo uno de los invitados el Clavero de la Orden Alonso de Monroy, grande y estrecho amigo suyo, este acudió desde Montánchez, encomienda donde se encontraba, y tras comer en casa de don Gómez de Solís, un día antes de la fieste, invito el Maestre a sus comensales a que participasen en

La guerra de origen intestina y desoladora de la Orden de Alcántara, fue provocada por los incidentes producidos a causa de:

El Maestre casó a una hermana suya, doña Juana de nombre con un caballero trujillano llamado Francisco de Hinojosa,

 “Gómez de Solís, ambicioso sin límites, y una vez aupado al poder y la dignidad de Maestre, intento que su hermana no se casara con este noble caballero, que lo fue en todos los sentidos de Francisco de Hinojosa, pretendió casar a su hermana doña Juana con un mejor partido, pero está enamorada, le abrió el balcón de su estancia, para que el de Hinojosa escalara hasta su cuarto, el resultado fue que quedo embarazada y de ahí la asunción que se vio forzado a dar a la boda el Maestre”, 

 y para dar más brillantes a los esponsales que se efectuaron en Cáceres, invito a casi la totalidad de Comendadores de la Orden, y demás caballeros particulares de fuste y nobleza cacerense y extremeña, a disfrutar de los festejos preparados para tal evento, siendo uno de los invitados el Clavero de la Orden Alonso de Monroy, grande y estrecho amigo suyo, este acudió desde Montánchez, encomienda donde se encontraba, y tras comer en casa de don Gómez de Solís, un día antes de la fieste, invito el Maestre a sus comensales a que participasen en la lucha, cosa habitual entre la gente de armas en aquella época, Alonso de Monroy, atlético, , casi un gigante, poseedor de una fuerza descomunal, y que para luchar en estos eventos de distracción, solía hacerlo con mano y brazo derecho, y atado a la espalda el izquierdo, y este portento de luchador no encontró jamás quien la derrotara a pesar de hacerlo con un brazo solo, pero el novio le rogó que luchase contra él, que tambien se tenía por hombre de buena calidad para la lucha, don Alonso, con toda la cortesía de que era capaz, tato en vano de disuadirle, pero resulto que la invitación a la lucha del de Hinojosa iba acompañada de la del Maestre Solís, accedió el de Monroy, pero con la condición de que él lo haría con el brazo izquierdo atado a la espalda como solía, a lo que Francisco de Hinojosa hizo observar que, con tal ventaja no lucharía, quedando muy ofendido con proposición semejante, lo que hizo que aumentara más y más si cabe, la envidia que los hermanos Solís le tenían al caballeroso don Alonso de Monroy.

Otro de los días, se jugaron cañas en la Plaza Mayor de la villa cacerense, donde para la ocasión se habían levantado unos tablados elevados, donde los caballeros debían lanzar por encima las varillas, don Alonso, en vez de lanzar una de estas varillas de cañas, pidió una lanza jineta, “lanza corta usada hasta principios del XVII”, y espoleando a su caballo, la lanzó por encima del tablado, lo que fue muy celebrado por todo el concurso y aplaudido con desmesura, dando esto motivo para que siguiera creciendo la envidia de los de Solís, hasta el punto de que estos se conjuraran para dar muerte al Clavero de la Orden don Alonso, siendo el novio, en que se ofreció para llevar a cabo la empresa.

Comenzado el juego, Francisco de Hinojosa, lanzó tres cañas a don Alonso, cara a cara, habiendo estado a punto de que una de ellas hubiera herido de gravedad en un ojo, y apercibido don Alonso de que su competidor iba con malas intenciones, salió tras él, y con la lanza dio un golpe en la cabeza del de Hinojosa, abollándole el casco y ocasionándole una herida en la cabeza, con la cual cayo desmayado del caballo.

-Muera, que muera el Clavero, que mató a Francisco de Hinojosa sin motivos-

Comenzaron a gritar el Maestre, su familia, y la familia del novio, así como el pueblo allí congregado azuzados por aquellos.

Gutierre y Fernán Solís, hermanos del Maestre Gómez de Solís y a la sazón de doña Juana, la novia, con creciente furia y saña, metiéndose entre el gentío, pugnando por ser los primeros en llegar a dar escarmiento a don Alonso, el Maestre don Gómez que, desde una ventana de la casa familiar*, presencia los juegos bajó, y viendo que el de Hinojosa recobraba el sentido y abría los ojos, y que la herida era poca cosa, chapa y pintura solo, mandó fuera llevado a su casa, y acudiendo presto al lugar donde se habia entablado la pela contra el Clavero don Alonso, quien sobre el caballo y herido, cortada la adarga hasta en cuatro partes, se defendida como el coloso que era, espada en mano, de sus numerosos acometedores, le ordeno se diera preso.

*De la ventana que nos habla don Publio Hurtado, debía pertenecer a la Torre de los Pulpitos, sobre la muralla, enfrente de la casa del Maestre, casa que estaba enclava en el patio del hoy Palacio de Mayorazgo*

Y don Alonso, que se vio solo, y con la plaza cerrada por talanqueras, siendo imposible la escapada se dio a la orden, y don Gómez de Solís lo envío preso al convento de la Orden en Alcántara, yendo custodiado por muchas gentes de armas, desoyendo la incitación de su hermanos y parientes que le aconsejaban le diera muerte, en vista de que Francisco de Hinojosa se recuperaba fácilmente.

Este fue el desgraciado suceso del origen de la cruenta enemiga que desde entonces existió entre el Maestre y el clavero de la Orden de Alcántara, ayudados por muchos comendadores y caballeros de la Orden, por la gracia de don Gutierre de Sotomayor, predecesor del de Solís y tío de Alonso de Monroy.

La Edad Media fue acreditada como época de caballeros e hidalgos, de cumplir la palabra dada y de fidelidad a sus señores naturales, pero los tiempos de Enrique IV de Castilla “el impotente”, fueron tiempos licenciosos y faltos de pudor, la lealtad era por días y lugar, y que no se hallaba ni en palacio ni en casa humilde, todo era arrimase al vencedor, tiempos de caballeros sin escrúpulos y perjuros, con tal de obtener ventajas personales, sim importarles que se fuera por los suelos la cosa pública, así andaban las cosas en la tercera parte del siglo XV, y en este ambiente extraño se movía don Gómez de Solís, por campo abonado que incitaba a la deslealtad y revuelta.

(fuente Publio Hurtado-Ayuntamiento y Familia)

(fuente Biografías)

Agustin Díaz