APELLIDOS DE LA VILLA CACERENSE - PEÑA
APELLIDOS ILUSTRES DE LA VILLA CACERENSE
XXXVI
Peña.
Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra
Según algún cronista, fue don Oto de la Peña, caballero servidor del Rey Garci Jiménez de Navarra, al que presto su ayuda en las guerras con el moro, y tambien en la fundación del monasterio San Juan de la Peña, ubicado en las montañas de Aragón, este don Oto, seria el tronco de esta familia que se difundió por toda la península Ibérica, ostentaba por armas, sobre fondo de plata, un peñasco verde con cinco puntas, y sobre cada una de estas, sin tocarlas una estrella de oro.
Este linaje se tiene por los conquistadores de la villa cacerense.
Juan de la Peña.
Caballero de gran fortuna, y miembro de la primera nobleza en la localidad, y que su hija Maria de la Peña, contrajo matrimonio con Alvar García de Cáceres, Señor de Espadero, de los caballeros más principales y casas de mas reputación de la villa.
Juan de la Peña.
Caballero de mucha notoriedad, que presto grandes servicios al Rey don Juan II y al Maestre de la Orden de Alcántara, don Gutierre de Sotomayor, del que era deudo, y que en pago de los mismo, y con la venia del Rey, hallándose con el monarca sobre el castillo de Mayorga ( San Vicente de Alcántara) en 5 de junio de 1446, donó a Juan de la Peña, los bienes confiscados a Alfonso Juan de Migolla*, bienes de que el rey habia hecho gracia en el Maestre, con lo que su donatario aumento a su ya respetable caudal, al que su esposa Maria Gutierre de Valverde, habia aportado el no menos cuantiosos de sus mayores los Señores de Castellanos, este caballero dio nombre a la calle Peña, que se denominó Juan de la Peña, y que en la actualidad solo se la conoce por el apellido, su muerte se produjo en 1489 y se mando enterrar en la capilla del capitulo en el convento de San Francisco, que era de su propiedad, en la que descansa junto a su esposa, esta falleció en 1504, habia mandada labrar otro sepulcro en la capilla de San Miguel de Santa Maria, para un hijo muerto antes que ella, monumentos que dejaron acreditados su cuantiosos dineros.
* En la Orden de Caballería, ingresaban en las instituciones religiosa-militares, eran armados caballeros con arreglo a las leyes del reino. En el año de 1446, y entre los que tenía el Maestre Gutierre de Sotomayor, se encontraban tres jóvenes hidalgos cacerenses, Diego de Cáceres y Ovando, Juan de Saavedra y Juan Alfonso Migolla.
Este Juan Alfonso Migolla, casado hacia muy poco tiempo con una muy noble y bella joven, de nombre Jimena Álvarez de Sotomayor, prima a la sazón de Saavedra, como Migolla lo era del de Ovando, a resultas de que al Maestre Gutierre de Sotomayor, solía pasar largas temporadas en la villa cacerense, vio a la muchacha recién casada, y le gusto tanto, que empezó a galantearla con tan poco recato, que al punto se percataron los parientes y el marido de la dama, de los propósitos del Maestre, y a resultas de que este no habia encontrado en su camino amoroso, más que padres, esposos y hermanos complacientes con los deseos eróticos del de Sotomayor, las licencias que se permitió con doña Jimena, ofuscaron a su marido Juan Migolla y a sus parientes y colegas, estos se conjuraron para tomar venganza en la afrenta que con sus requerimientos insolentes infería Sotomayor a los tres caballeros.
Cierto día de invierno, terminado ya el año de 1446, hallándose el Maestre en la casa de la dehesa Araya (Brozas), se le puso en antojo salir muy temprano en jornada de caza, para mitigar algo el frio se cubrió con un tabardo de pieles que le cubría por completo, iba, porque así lo ordeno, acompañado de los conjurados, al considerarlos gente de su confianza, con sus lanzas y pertrechos de guerra, como era la costumbre, algún cronista afirma que le salieron al camino, donde le prepararon la celada, como quiera que fuese, y lo cierto fue que esperando la ocasión más propicia , Migolla, el más ultrajado de los tres, espolea a su caballo y asesta un tremendo golpe de lanza a don Gutierre, que pasándole de parte a parte da con él en tierra.
Que lo habia matado, pensaron sus dos acompañantes, y que lo habia matado pensó el ofendido Migolla, y sin más convenio, todos se ponen en fuga, huyendo de lo que presagiaban les iba a caer encima.
Apenas si llegados a sus casas respectivas, se detuvieron para la despedida, y salieron unos Ovando para Aragón, Saavedra para Navarra y Migolla partió para Sevilla, lugar que él consideraba seguro.
En tanto que los tres conjurados emprendían la huida, el Maestre, que resultó ileso del lance, ya que la lanza no habia atravesado más que el jubón de pieles, ideaba el plan para atrapar y dar castigo a los culpables, más las fronteras de Navarra y las de Aragón, libraron a Saavedra y al de Ovando de la ira del Maestre, pero Juan Alfonso Migolla, confiado, y más al alcance del de Sotomayor, diose preso en las redes de este, fue conducido a Alcántara y allí ajusticiado*.
Luis de la Peña.
Hijo del anterior, regidor del Ayuntamiento cacereño en 1451, del que repitió en 1477, cuando la Reina Isabel la Católica, puso organización en el Municipio cacerense, y fue este caballero el que primero saco a la suerte uno de los bonetes en que se echaron a suerte los nombres de los cuarenta y ocho hidalgos principales de la villa, parte de su enorme patrimonio lo invirtió en un hospital que edifico en el pueblo de Aliseda y el resto lo heredó su hija doña Francisca de la Peña, casada con don Fabian de Monroy, a cuya casa fue a parar su buena fortuna.
Fernando de la Peña.
Que fuera Comendador de Belvis, en la Orden de Alcántara, allá por los años de 1470, patrocinado u muy adicto al Maestre Gómez de Solís durante las guerras civiles de la Orden.
Alonso de la Peña.
Que en 1556 era cura de la parroquia de Santiago de los Caballeros.
Maria Isabel de la Peña.
Casada con Pedro Rol de la Cerda, a quien Felipe II hizo alférez Mayor de Cáceres, y doña Luisa de la Peña, hija de ellos, y que casó con Juan de Carvajal y Sande, Señor de la Enjarada.
Algún Peña hubo más por tierras cacerenses, pero demos tiempo al cronista a que los saque del anonimato, en el acaso sea de su gusto.
(Fuente Publio Hurtardo-Ayuntamiento y familias)
(Fuente Biografías)
Agustin Díaz