BREVE HISTORIA DE CÁCERES-SEGUNDA PARTE (IV) LA CONQUISTA DEFINITIVA

05.05.2022 11:37

                                                                      BREVE HISTORIA DE CÁCERES

                                                         SEGUNDA PARTE-LA CONQUISTA DEFINITIVA

                                                                                                (IV)

Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra

Estamos en 23 de abril del año de 1229, año de la conquista definitiva de Hins Qazrix, en favor del cristiano, y existe una tradición a todas luces novelesca y que el pueblo cacerense, cuenta como sucedió este hecho:

Estando la fortaleza de Hins Qazrix, en poder del moro, fortaleza que sitiaba el cristiano desde el día 5 de abril del mismo año sucedió que:

El Kaib que gobernaba la villa, recibió una embajada mandada por el jefe de los de León el monarca Alfonso IX, intimándole a la rendición, para así evitar el derramamiento de sangre, ya fuera la de gente propia o de la sarracena, prometiéndole grandes cosas y una paz honrosa si accedía a sus requerimientos, más, acudió en embajada un joven y apuesto capitán de las huestes cristianas, algunos lo citan como sobrino del propio monarca leones, y que de pasada entrevió a una hija del muslin, de la que quedo prendando lo mismo que la bella morita de él.

Algún cronista cuenta que, la princesita mora solía ir a  solazarse todos los días por la Fuente Fría, y que por aquella apartada zona, y solo acompañada de una de sus siervas de confianza, se entrevistaba cada tarde con el joven cristiano, y así día tras día, nació el amor entre ambos jóvenes.

Habia, y no sé si habrá todavía, por el peñasco que hace declive por la Torre de los Pozos, y por la calle San Roque, una puertecilla malparada, y con forma de salida o entrada a una cueva, y en cuyo pequeño reducido recinto desembocaba una galería subterránea que partía de otro cuchitril próximo al jardín del impresionante Alcázar, hoy Palacio de las Veletas, donde el amante consiguió entrevistarse mas en secreto con la hija del Kaib, y de cuya voluntad se adueñó por completo.

Ya pasaba un mes, desde que el de León habia montado y completado el cerco, y ya prometía ser larga y penosa la toma de la fortaleza, y empezó a impacientarse, y en estas, alguien notó las ausencias nocturnas del campamento Real ubicado en el cerro de San Marcos del joven Capitán,  enterado el Rey, ordenó a su presencia al joven, con el motivo de pedirle explicaciones de su conducta, sin más se franqueó el mozo ante su monarca, y le comunicó que en breve su amada le ofrecería la entrada a la villa amurallada.

Y en efecto, la morita prendada del cristiano, y prendada de amor, la agarena hizo entrega de la llave del subterráneo que todas las noches le abría una dueña y por donde el caballero, al mando de un pelotón de gente de armas escogidos, penetro en el alcázar, era la madrugada del día 23 de abril. Mientras el resto de las huestes, para distraer la atención de los sitiados, acometían por la Puerta de Coria, y que desde entonces s llamó Puerta del Socorro, por la ayuda que prestaron estas tropas a las que entraron por el pasadizo subterráneo.

Más, existe otra versión, ni tan poética ni tan dada a conocer pero quizás con más visos de realidad, que explique la pronta conquista de Cáceres.

La galería subterránea  a la que se hace mención, y cuya existencia esta por comprobar, y que está obstruida, servía para aprovisionar la plaza, en caso de necesidad, de agua de oca y leña, cuando la villa era cercada por el enemigo, cosa fácil para poder burlar la vigilancia de este al amparo de matorrales que por entonces debían de existir entre la muralla y el riachuelo que corría no muy lejos de sus cimientos, hoy La Ribera del Marco, Más los vigías de la hueste cristiana debieron de darse cuenta de estas maniobras, y preparando debidamente una emboscada, una noche sorprendieron a un grupo de moros que acarreando leña iban de vuelta para acceder a la villa por la mina, y ganando la fortaleza por sorpresa en la histórica fecha.

Ambas versiones sin embargo, concuerdan en que la toma de la villa se hizo por la mencionada vía, y que aun tomada la posesión del Alcázar, hubo peleas de moros y cristianos por las calles y plazas, si bien por la sorpresa y los pocos efectivos moros que la defendían, cedieron al poco, pelea que los muchachos cacerenses, reproducen en tal fecha apedreándose con brevas verdes que rapiñan de las huertas del contorno y de  la Ribera.

Muy grato y satisfactorio fue para el Rey Alfonso IX de León y Galicia, encontrarse en propiedad de una villa tan bien murada, poblada de torres defensivas, colmadas de almenas, placida y señorial, primera de las etapas con la que pensaba culminar su existencia guerrera, rehabilitando su buen nombre de las faltas publicas y privadas que habia cometido durante su larga vida.  

Sus primeros actos fueron convertir en iglesia de cristianos la mezquita de moros, que una vez consagrada por los obispos de su sequito, fue dedicada al Apóstol San Mateo, por cuya advocación la conocemos: a formar el concejo con doce hombres Buenos y a premiar largamente a sus capitanes y soldados, con grandes posesiones territoriales, de las comprendidas en el extensísimos perímetro jurisdiccional que le señalo la villa, y le concedió una feria que tenia de duración del 15 de abril al 15 de mayo.

La orden de Santiago, así ondeo el estandarte real sobre las torres del alcázar, renovó sus pretensiones sobre el señorío de la villa, para ello alegaban el derecho de post liminium “reintegración de lo que habia sido suyo” pero ocurrió que, enterados al punto de las intenciones de los santiaguistas, los hidalgos y soldados que, como premio del monarca se proponían asentar en el recinto conquistado, hicieron presente al de león de sus recelos de que perdiesen cuanto a la villa adquiriesen o a ella trajesen, si la daban a la Orden o Magnate.

Y tal recelo llevo al ánimo real la persuasión de que sus proyectos de repoblación saldrían baldíos si no aseguraba a sus pobladores absoluta independencia, así las cosas, prometió que la villa seria siempre de la Corona y ofreció a la Orden a cambio de sus invocados derechos y pago por los servicios prestados las Villa de Castrotoraf y Villafacil, (Zamora) que ya en varias ocasiones habian sido objeto de pleitos entre el Instituto Santiagués y la Potestad Real, más dos mil maravedis, esto se escrituro al mes siguiente en la villa de Galisteo.

Perdida ya toda esperanza de que la villa cacerense pasase a ser la capitalidad de la Hermandad Santiaguista,  el Maestre de la Orden, hizo que se retirasen todas las reliquias que existiesen en Cáceres de este Instituto armado, y como tal se hizo, incluidas entre estas reliquias los restos del fundador de la Orden y de otros caballeros en su convento sepultados y trasladados a San Marcos de León.

El Rey Alfonso IX, cuidando de asegurar el porvenir de sus hijas las Infantes doña Sancha y doña Dulce, las designo por sus herederas al trono de León y Galicia, en prejuicio de su primogénito Fernando, que era ya Rey de Castilla, e hico jurar al concejo que por ello las tomarían y ayudarían,  terminado el acto solemne con la mano en alto añadió:

Yo don Alonso Rey de León, que recupere Cáceres al culto de los cristianos, doy a Cáceres con todas sus pertenencias a todos aquellos pobladores que la quisiesen poblar, excepto a las Ordenes y a los de la cogulla que renuncian al siglo. Y juro por el hijo de la Virgen Maria, y levanto la mano a aquel que hizo el cielo y la tierra, que jamás daré esta villa ni sus pertenencias a ningún otro que no sean mis hijas, y después de mi y de mis hijas a la Real majestad de León y a ningún otro, y cualquiera de  mi linaje o de la Majestad de León, real o imperial que quisiere quebrantar este mi juramento o pacto y concierto que hice con mis hijas al concejo de Cáceres, que sea maldito de mi maldición, del que se digno de nacer de la Virgen Maria, y sea sepultado en el infierno con el traidor Judas, por todos los siglos de los siglos Amen.

Todo esto lo hizo constar en el Fuero, que hizo escribir en Alba de Tormes el hijo desheredado don Fernando Rey de Castilla en 1 de Marzo de 1931.

(Fuentes Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)

(Fuentes Publio Hurtado-Castillos)

(Fuente Biografías)

(Fuentes Miguel Muñoz San Pedro)

(Fuentes Simón Benito Boxoyo)

Agustin Díaz