BREVE HISTORIA DE CÁCERES-SEGUNDA PARTE (V)

16.05.2022 11:40

            

   BREVE HISTORIA DE CÁCERES-SEGUNDA PARTE (V)

                                                                

Crónica desde la calle Cuba de mi llopis Ivorra

Recién tomada la villa cacerense, el monarca conquistador partió para Mérida, ciudad que también tomó, y después Badajoz y Montánchez,  y murió en Villanueva de Sarria (Lugo), cuando marchaba camino de Compostela a dar gracias al Apóstol por los triunfos conseguidos contra los mahometanos, “indudablemente con su protección y ayuda” aquí a don Publio Hurtado se le fue la mano, no tuvo en cuenta que eran pocos los moros que  quedaban por aquí, para  hacer frente al cristiano, y que habían entrada en su profunda decadencia.

Más al punto, le surgió al ayuntamiento cacerense, el conflicto derivado del juramento que hicieron al difunto monarca, de reconocer a las Infantas doña Sancha y doña Dulce por herederas de la Corona, y sucedió que, el reino leones se dividió, unos pueblos apoyaban a las Infantas, otros a Fernando III Rey de Castilla por soberanos, y en Cáceres quedaron vacilantes, ya que el derecho estaba de parte del Rey de Castilla, pero por otro lado estaba el juramento prestado, bajo pena de maldición si no se defendía los derechos de las Infantas.

Enterado de estas nuevas el Maestre de Alcántara don Arias  Pérez, tal indecisión y como uno de los paladines más plecaros en favor de la causa de las infantas, ya fuera por agradecimiento de los muchos y grandes favores que el padre de las damas don Alfonso IX, habia concedido a la orden, se viene a Cáceres, se avista con sus primates, y al oírles cuanto pesaría en su conciencia la traición al derecho castellano, que era notorio para todos,  les hizo don Arias Pérez esta reflexión:

¿ No estaba el obispado leones de la parte de las Infantas?

Y el concejo salió con esto de sus indecisiones, sacando los pendones de la ciudad en favor de las Infantas.

Más dola Berenguela, madre del monarca castellano, mujer de presteza y mucha diplomacia, negocio con sus hijastras la renuncia de sus pretendidos derechos, los vientos de guerra civil se fueron calmando poco a poco, y todas las ciudades y villas leoneses, aclamaron por Rey a Fernando III de Castilla, entre ellas Cáceres, que a los siete años de haber sido conquistada aclamó al Santo Rey, estamos en el año de 1236, y cuando desde Alcántara el monarca pasó por Cáceres camino de Medellín, desde donde dio comienzo a la campaña contra Córdoba, y que  en esa campaña y tomaron parte activa algunos plecaros cacerenses, así como en la de Sevilla, llevada a cabo en 1248, este mismo auxilio prestó la villa de Cáceres al monarca Alfonso X el Sabio, en la guerra que libro contra el Rey Alhamar de Granada, en 1270 bajo las banderas del Infante don Fernando de la Cerda, y vuelto a prestar auxilio en 1280, al mando del Infante don Sancho cunado batalló contra Mohomed II, que sucedió al Rey Alhamar en el trono de Granada.

Fallecido don Fernando de la Cerda, Alfonso X, pasó por Cáceres dirección Burgos, y desde allí a Bayona para entrevistarse con el Rey de Francia, para tratar lo que convenia hacer con respecto a los herederos del Frances, cuyos derechos a la sucesión de la Corona les eran negados por el Infante don Sancho, el que apellidándose defensor de los fueros de la nobleza, iba poco a poco atrayendo esta a su causa, descontentas con las reformas legislativa del Rey don Alfonso X, que tanto daño hacia a sus prerrogativas feudales.

Más, fueron tantas las lapidaciones, tanto el abandono administrativo de sus estados, por atender don Alfonso, las cábalas celestes, y fueron tantos los exorbitados impuestos, que fueron convocadas por don Sancho cortes, que se celebraron en Segovia en el año de 1276 y en ella fue depuesto don Alfonso X, y aclamado su hijo don Sancho por Rey de Castilla y León.

De nuevo este movimiento llamo a la guerra civil entre las dos parcialidades, Y Cáceres, tomó parte por la causa de don Sancho.

Alfonso X, despojado de la corona, tras implorar ayuda hasta del Emir Africano, acudió al Pontífice Martino V, quien haciendo oídos de sus quejas, intimido a las villas del reino, para que negando toda obediencia a don Sancho, se la diesen de nuevo a ya anciano Alfonso X, bajo severas censuras para los desobedientes. El concejo cacerense, como con anterioridad vacilo en tomar la decisión, y enterado don Sancho, que se encontraba en Talavera de la Reina, se vino a Cáceres, y ayudado por la por entonces poderosa familia Blazquez, consiguió que el municipio cacereño tomase la obediencia por don Sancho.

La muerte de Alfonso X el sabio, no mejoro la política a nivel nacional, quedaron como protagonistas de las revueltas los Infantes de la Cerda,. Sucedió que  en Cáceres, su causa la abrazaron la ilustre parentela de los Valverde, Señores de Castellanos, el más comprometido de ellos don Fernán Yáñez de Valverde, tuvo que abandonar su casa y refugiarse en Aragón, al lado de los Infantes, llegando a ser uno de los más capacitados campeones de su causa.

Falleció el Rey don Sancho, y le sucedió su hijo don Fernando IV, niño de corta edad, y tutelado por doña Maria de Molina, su viuda, la situación del reino se convirtió en desastrosa, tanto que hasta el Obispo de Coria, ayudo levantar el desasosiego local, anunciando excomuniones contra varios caballeros por cuestión de intereses, el funesto Infante don Juan, (El que mando dar muerte al hijo de Guzmán el Bueno, antes los muros de Tarifa) se hizo proclamar Rey de Extremadura y algunas provincias más en la ciudad de León.

Pero en Cáceres no encontró eco esta rebelión, y que por su felicidad a la Corona,  don Juan IV, le otorgó muchos beneficios, entre ellos el haber enviado gente de armas, contra la tropa del infante que se habia apoderado de parte de la villa de Alcántara, y poniendo cerco a la otra parte, tomándole lo que ya tenía por suyo el Infante rebelde, degollaron a sus defensores.; Estamos en el año de 1308.

Durante el reinado de Alfonso XI, ocurrió en Cáceres algunas cosas de mención:

Se fundó la parroquia de San Mateo, en 20 de agosto de 1345, de una cofradía denominada de Nuestra Señora del Salor, que era una especia de Orden de Caballería, a imitación de la de la Banda instituida en Burgos años antes, de la que no podían ser cofrades sino los hidalgos, cuya casa convento estaba cerca de Torrequemada.

Otro de los sucesos acaecidos en la villa cacerense fue la aparición al pastor, Gil Cordero, natural de Cáceres, de la imagen de la Virgen de Guadalupe, en las sierras de la Villuercas en el año de 1333, a cuyo descubrimiento concurrieron las personalidades de Clerecía y pueblo cacereños, efigie que al punto cobró renombre universal, llegando a ser la Meca cristiana durante varios siglos.

Tambien fue eficaz la ayuda que el concejo cacerense prestó a don Alfonso XI , contra los Portugueses por Badajoz, contra los árabes en Algeciras, Gibraltar, Tarifa y el Salado.

La Villa de Cáceres, fue visitando en dos ocasiones por el monarca Alfonso XI, una en 1335, y en la Iglesia de la Magdalena, fundada en los últimos años del siglo XIII por el Maestre de Alcántara don Suero Pérez Gallego, y que estaba  adosada a un costado del Alcázar, e hizo que los caballeros de la Orden diesen el habito y nombrasen por su Maestre a don Gonzalo Martínez de Oviedo. La otra vez que visito Cáceres, fue en 1338, camino de Valencia de Alcántara para destituir del Maestrazgo al propio don Gonzalo, y que entre otros motivos, fue por haber hablado mal de dola Leonor de Guzmán, al que mandó degollar en la misma plaza de Valencia de Alcántara.

De horrible tambien, sería el recuerdo que dejo en tierras cacerenses el rey don  Pedro I de Castilla, en la guerra fratricida que sostuvo durante todo su reinado con su hermano Enrique de Trastamara. Pusieron en lealtad el Alcázar cacereño, que no sería entregado si no a quien y los dos juntamente determinasen, de lo que exigieron juramento al alcaide de él y  a su Teniente, tío y sobrino a la sazón, de la muy ilustre familia de los Gil, familia de mucha hacienda y de gran prestigio en la localidad, como familia del Rey conquistador de la Villa cacerense don Alfonso IX de León, y que este les adjudico la alcaldía de la fortaleza.

(Fuentes Publio Hurtado-Castillos)

(Fuentes Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)

Agustin Díaz Fernandez