BREVE HISTORIA DE CÁCERES-NUEVO INTENTO DE CONQUISTA
BREVE HISTORIA DE CÁCERES
XIX
Nueva Intentona
Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra
En el año de 1225 de nuevo intenta Alfonso IX, la conquista de Cáceres, durante el invierno habia terminado los preparativos de campaña, y al comenzar junio el ejercito leones, en el que entre sus filas figuraban, como era habitual, todos los caballeros de las Ordenes Militares, bajaron a sitiar la villa cacerense, ese ataque seria uno con que más ahínca y fuerza se efectuara en todos los intentos de conquista, la plaza fue batida por todos lados, utilizando grandes maquinas e ingenios de guerra, almajaneques o arietes, especia de vigas oscilante reforzadas con hierro, con las que golpeaban los muros, hasta abrir en ellos grandes brechas, los moros se defendían bien, con valor, y haciendo frecuentes y rápidas salidas, con las que hacían gran número de bajas entre el ejército cristiano, más, insistiendo los sitiadores en sus ataques, consiguieron derribar torres y acitaras (Antemuro o muralla baja) y hasta llegando a ganar varios tramos del adarve, todo presagiaba una inmediata caída de la plaza, cuando se presentaron en el campamento cristiano emisarios del Rey de Marruecos*, ofreciendo a Alfonso IX, una gran suma de dineros si accedía a levantar el sitio y renunciar a entrar en tierras de moros, el Rey leones, quizás por no contar con fuerzas suficientes para realizar el ataque definitivo, quizás por la promesa de dinero, el caso es que consintió en la retirada, más pronto hubo de lamentarlo, los moros no solo n l pagaron lo convenido, si no que les persiguieron en la retirada, matándole muchos cristianos y haciéndole gran cantidad de prisioneros.
*Más en aquella ocasión, llegó al campamento cristiano el embajador del Miramamolín, y en nombre de su amo le ofrece una suma gruesa de dineros, depositando en el suelo de la tienda del Rey parte de la cantidad ofrecida para que desistiera de apoderarse de la plaza, a divirtió don Alfonso, que allí no debía haber la cantidad ofrecida, el moro le replico que el resto se le entregaría en plazos, acepto el monarca, alzó el cerco y se retiró, más la totalidad de maravedis ofrecida por el moro por el precio de la retirada, jamás fue satisfecha.
La soldadesca murmuró del proceder de su real caudillo al recibir la orden de retirada, repitiéndole el adjetivo de Jocó con que los árabes lo designaban*
(de Publio Hurtado-Castillos)
Serían aún más las intentonas de conquista, hasta tres, por esta parte de la frontera, una en 1223, la segunda en 1225, en la que se produjo una correrías por los campos, arrasando viñedos, huertas y olivares, sin más trascendencia, y en 1226 la tercera, de ninguna hay noticias ciertas de que se acercara a la villa de Cáceres y de la ultima se sabe que la hizo conjuntamente con el monarca Portugués, corriendo tan solo por el sector Oeste, teniendo como base de operaciones el castillo de Alburquerque, a la sazón punto de confluencia de las tres fronteras.
Pero al llegar a principios del año de 1227, Cáceres seguía en poder del moro, y este, teniendo conciencia de la importancia de la posición de la plaza cacerense para él, la mantenía constantemente bien abastecida y en inmejorables condiciones para su defensa, más, tambien sabia el cristiano el valor estratégico que representaba la plaza, que teniendo en poder la villa cacerense, tenia paso franco hacia su área de expansión, por esta causa Alfonso IX de León, en los años siguientes, se dedica en exclusiva a preparar la conquista en una campaña que sea la definitiva, con la que coronaria de gloria su reinado, a la par que alcanzaba el fin de su vida.
Preparativos
Entre los motivos que concurrieron al fracaso de Alfonso IX en la expediciones militares para la conquista de Cáceres, destaca en primer lugar, y posiblemente el que supeditarse a todos los demás, y este fue el dinero, la falta de liquidez, el reino leones estaba arruinado, pasaba por una estrechez económica enorme, por causas de la guerra que de manera continua y desde los tiempos del Emperador Alfonso VII de León, y aunque el Rey habia hecho muchos esfuerzos durante los primeros años de su reinado, introduciendo cierto orden en la hacienda y en la defensa del realengo, recuperando donaciones abusivas y restringiendo las concesiones de rentas sobre los caudales procedentes de la tributación, más no pudo pese al esfuerzo remediar en demasía el quebranto que el erario real habia producido las larguezas de su padre.
El mismo Alfonso IX, se habia visto en la necesidad de gastar grandes caudales en sus expediciones, y al llegar el momento definitivo de realizar un ultimo esfuerzo, se encontraba por la falta de dineros en la posición de no poder realizarlo.
El segundo de los factores que condicionaron los fracasos, fue la improvisación, habia un objetivo claro, la toma de Cáceres, pero nunca tuvo el de León, un plan de campaña, dejándolo todo al acaso y al azar, aquellas empresas, más que campañas militares era aventuras en las que el compás lo marcaban las circunstancias, como prueba de ello, fueron los últimos ataques a la villa cacerense, de 1218 y 1222, el segundo donde se tachó a Alfonso IX de haberse prestado con demasiada facilidad al soborno de los moros, termino en una desastrosa retirada, y todo producto de la falta de la previsión táctica que aconsejaba tener dispuestas reservas necesarias, para completar la ocupación de la villa en un ataque decisivo, y para mantenerla una vez conquistada, en previsión de una contraofensiva por la tropas moras de Trujillo, Santa Cruz, Montánchez, Mérida.
Alfonso IX, ya sabía que los moros de Cáceres estaban aislados en 1227, y siendo él, el dueño del Ribero, desde el que tenia la defensa de los pasos por el Tajo, fortificado en Alcántara, Alburquerque, Coria, Portezuelo, Alconétar, y raziados los valles del Ayuela y Salor, hasta los bordes de las sierras, procedió actuar con cautela, rectificar los descuidos anteriores, preparo una campaña con presteza, pero si apresurarse.
El problema del dinero, se puso rápidamente a resolverlo, para ello acudió en primer lugar al que sabia que las mejores condiciones para proporcionarlo, el Arzobispo de Santiago, don Bernardo, prelado munificente, este , que era muy afecto a la corona Real de León, quizás por que la iglesia habia sido de siempre muy favorecida por los monarcas, y desde Sabugal, donde se encontraba en diciembre de 1226, se trasladó a Galicia, hallándose en Compostela el día 23 de enero de 1927, al punto formuló su petición al Arzobispo, quien puso a su disposición los caudales que existían en la iglesia, pero estos, a causa de las obras que a la sazón se estaban realizando en la Basílica de Compostela, no eran en verdad cuantiosos, más bien insuficientes para la guerra que proyectaba, el Monarca pidió a don Bernardo, que con el fin de completar lo que se necesitaba, empeñase algunas tierras propiedad de la iglesia Compostelana, esto ya se habia hecho antes, concretamente su antecesor don Pedro Suarez en otra ocasión semejante. Pero parece que el prelado puso reparos a esta pretensión, más el Rey le recordó la protección permanente que los reyes leoneses venían prestando a la iglesia de Compostela, a la que habían colmado de privilegios y mercedes de gran consideración, entre los cuales figuraba la cesión por parte de la Corona, de los derechos jurisdiccionales que en materia civil, ejercían los obispos de Compostela, derechos estos, que era fácilmente revocables, don Bernardo pillo la indirecta, consintió el prelado al requerimiento, pero puso la condición de que para hacer lo pretendido, se obtuviese primero la autorización de la Santa Sede.
Hubo de resignarse don Alfonso, y en los primeros días de febrero de 1227, salieron hacia Roma los emisarios del Arzobispo de Compostela, con la suplicación para el Santo Padre.
Continuó Alfonso IX de León, su camino por Galicia, buscando más dineros por otros conductos, a cambio de mercedes y privilegios, cosa corriente en aquellos tiempos, y se sabe que, en 6 de febrero estaba en Palaz del Rey, el 10 en Lugo, el 11 y 12 de Marzo en Villanueva del Rey y el 27 de vuelta a Lugo, encontrándose en 30 de abril en Villafranca del Bierzo, desde allí va a con dirección a Asturias , el 1 de mayo estaba en Cubillo, el 17 en Avilés, desde donde baja hacia Zamora en el mes de julio, estando el día 9 en Bretou y el 13 3n Zamora.
(Fuente Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)
(Fuente Carlos Callejo-Orígenes)
(Fuente Publio Hurtado-Castillos)
(fuente Biografías)
Agustin Díaz