EL CAPITÁN DIEGO DE CÁCERES OVANDO (VI)

09.02.2021 11:57

HECHOS DEL CAPITAN DIEGO DE CÁCERES OVANDO (VI)

                  Capítulo VI

                  (1466-1474)

Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra

Típico era en aquella época llegar a estos pactos, marca la postura del Capitán don Diego de Cáceres, posible iniciador de la alianza, ya que figura en primer lugar del documento y lo suscribe el primero, esta primacía en la rebelde independencia iba a tenerla tambien en la sumisión, pudiendo tenerlo por una buena diplomacia y mano izquierda de los Reyes Catolicos en Extremadura, el del convertir a los banderizos en paladines de la causa nacional,

Dos fueron los motivos fundamentales, los que impulsaron la reunión de los cuatro alcaides en Villanueva, la lealtad a don Gómez de Solís, y el odio a la Clavero don Alonso de Monroy, el primero queda insinuado al principio del documento, en frases de sumisas como recordatorio;

“Plogo a Dios de llevarse desta presente vida al muy magnifico señor don Gómez de Solís, Maestre de Alcántara, nuestro señor, que aya santa gloria”.

Contra don Alonso de Monroy, resaltan la enemiga, al hacer constar:

“Que quedaría rota la alianza con Pacheco, si el dicho señor Maestre de Santiago, ficiese partido o iguala con don Alonso de Monroy, Clavero de Alcántara”.

Momentos aquellos en la historia de Extremadura, donde imperaba el afán de guerra, la región se desangraba, hambrienta y abatida.

“En tal manera, cuenta Alonso Maldonado, se asoló la tierra, que a causa de la guerra que en toda la Extremadura hubo, casi no se cogió pan ninguno y los labradores andaban como esclavos entre los guerreros”. 

Don Alonso de Monroy, a la muerte de don Gómez de Solís, volvió a hacerse elegir Maestre, aunque la primera elección habia sido válida, estas precauciones eran dadas, porque contra lo que cabía esperar, y vistos los méritos del antiguo Clavero, nunca disfrutaría de manera plena del Maestrazgo, con anterioridad, los Duques de Arévalo, Conde de Plasencia, habían gestionado en Roma la dignidad maestral, para su hijo don Juan de Zúñiga, el Papa Sixto VI, era amigo de esta familia, porque recibieron  y agasajaron cuando vino a España, siendo General de la Orden Franciscana, la demanda fue bien acogida, en 20 de febrero de 1472, su Santidad concedió Bula, reservándose la provisión del cargo, cuando muriese don Gómez, así las cosas la elección de Monroy no estaba segura.

La enemiga del Capitán don Diego de Cáceres, contra don Alonso de Monroy, conjugaba con los deseos del entonces Rey don Enrique IV, quien acudió a él para oponerse a Monroy, por Real Cédula, dada en Madrid, en 30 de agosto de 1473, el Capitán quedó investido prácticamente de autoridad maestral, sin haber pertenecido ni siquiera a al Orden de Alcántara, fue el encargado de acaudillar a los Comendadores y caballeros de la Milicia:

“Ya que se habia alzado don Alfón de Monroy, Clavero de Alcántara, contra dios e contra orden, Yo e mandado, dice el Rey, al Capitán Diego de Cáceres que xunte cierta gente con ella faga alguna cosas cumplideras a mi servicio e al bien e restitución e reformación de dicha orden, acerca de lo susodicho contra el mencionado Clavero, yo vos mando que cada quando por el dicho Capitán Diego de Cáceres fueredes requeridos le acudades e vos juntedes con él e ayudes casa uno con las lanzas que sois obligados de servir a la dicha orden e a los maestres dellas”

Poco gente fue la que pudo reunir don Diego, la mayoría seguía a don Alonso de Monroy, sin embargo, dice el cronista, que la guerra que en efecto hizo contra el Clavero el Capitán, e ella se apoderó de muchas fortalezas, particularmente la de Benquerencia, en realidad su labor, se redujo a la defensa de su alcaidía y de otras villas y castillos de la Serena, últimos baluartes de los partidarios de Solís, procurando la seguridad del Monasterio de Guadalupe, que pasó momentos de grandes apuros:

“Todos estos desmanes obligaron al Monasterio a enviar nuevas embajadas, a don Diego de Cáceres, alcaide de Benquerencia. Por rivalidades entre dona Elvira de Zúñiga, señora de Belalcázar, y la condesa de Medellín, asunto en el que influyó la prisión del comendador de Lares, amigo de los Zúñiga, hubo lucha estuvo cercado el Monasterio de Guadalupe y sirvió de cuadra y cuartel”

No tardó don Alonso de Monroy, en actuar por el valle de la Serena, adonde vino y puso cerco a Zalamea, Benquerencia y Magacela, las tropas que cercaban Zalamea, quedaron bajo el mando del Señor de Monroy el famoso “Bezudo”  primo de don Alonso, este fue sobre Magacela, encomendando en cerco de Benquerencia donde estaba el Capitán don Diego de Cáceres, a Antón Bernal de Zúñiga, gran caballero natural de Salamanca, que estaba casado con doña Isabel de Monroy, hermana del Señor de Monroy. Si Zalamea termino entregándose, no así Magacela y Benquerencia, don Diego, defendía esta villa con acierto y valor, por fortuna para el  Maestre Monroy, tenía que ocuparse de muchas cosas, aparte de los asedios, guerreaba con el Maestre de Santiago, incluso cometió el error de alejarse de Extremadura, requerido por el Duque de Medina Sidonia, quien pretendía le ayudase en su contienda con el Marqués de Cádiz, en Andalucía, el breve alejamiento de Monroy, beneficio al Capitán don Diego, porque permitió que el Maestre de Santiago, pudiera enviar refuerzos a Benquerencia, cuando don Alonso regreso de su viaje, tanto don Diego, en Benquerencia, como don Francisco de Solís, en Magacela, habían recibido los refuerzos del de Santiago, consistente en vituallas y gentes de guerra.

Hacia Montánchez marchó don Alonso, dispuesto a planear una acción que fuera la decisiva contra la Serena, cuando se estaba en la espera de entrar en una fase de lucha intensa, don Francisco de Solís, puso en practica con éxito, una nauseabunda traición. Don Alonso de Monroy, que era tan magnifico paladín como notable y leal caballero, no pudo sospechar la felonía, cunado Solís, le envió una embajada proponiéndole paces, y pidiéndole en matrimonio a una de sus hijas, no dudo don Alonso en aceptar la propuesta, la solución era la perfecta, así quedarían unidos los dos bandos de la Orden de Alcántara, para poder oponerse al intruso don Juan de Zúñiga, la candidez de don Alonso, quizás justificada por su buena fe y caballerosidad sin tacha, que le impedía ver en otros las maldades que el era incapaz de sentir y hacer, confiado fue a Magacela, donde en vez de encontrar paces y boda, le dieron prisión.

Esto lo cambio toso, don Diego de Cáceres, se vio de pronto libre del asedio a Benquerencia, don Francisco de Solís, trajo a Magacela un grupo de caballeros de la Orden y se hizo elegir Maestre.

Pero los Duques de Arévalo, tambien estimaron propicio el momento, el 27 de abril de 1474, el Papa Sixto VI daba la Bula proveyendo el maestrazgo en don Juan de Zúñiga, niño este de diez años, al que dispensó la edad y se le uso administrador de la Orden, en la espera de que creciese, a su padre el Duque, el Rey, habia aprobado el nombramiento. Con esto eran ya tres los Maestres d Alcántara, el que llego al puesto por sus méritos como era don Alonso de Monroy, el que lo ocupaba por la traición don Francisco de Solís, y el que lo cogía por astucia materna, el de Zúñiga, teniendo este ultimo la legalidad religiosa, y más aún, quiso el duque de Alba que un hijo suyo aspirara a la dignidad del Maestrazgo, pero esto no llego a prosperar:

“En 21 de septiembre de 1474, en Magacela, otorgóse escritura de concordia entre el Duque de Alba y Francisco de Solís, siendo el acuerdo que este renunciase al maestrazgo a favor de un hijo de aquel y le entregara a don Alonso de Monroy”.

(fuentes-Muñoz Sampedro-Tres Paladines)

(fuentes-Alonso Maldonado-Hechos de Alonso de Monroy)

(fuentes-Publio Hurtado-Castillos)

Agustin Díaz