ARCO DE LA ESTRELLA SIGLOS XV-XVIII (VII)
HISTORIAS DE LA VILLA DE CÁCERES
PUERTA NUEVA
ARCO DE LA ESTRELLA
SIGLOS XV-XVIII (VII)
Año de 1726.
Crónicadesdela calle Cuba de mi Llopis Ivorra
En el episodio anterior, andaba el prelado de Coria enviando memoriales al Consejo de Castilla, para impedir que las obras de dar holgura a la puerta nueva para dar holgura al tránsito de carros y coches en la entrada a la villa amurallada, recalcando que el interés de realizar estas obras va en beneficio de una sola persona, la de don Bernardino de Carvajal, conde de la Enjarada, para dar fácil entrada hasta su casa, su ilustrísima, seguía enredando lo que el concejo en pleno había declarado como de utilidad pública.
Había complicado tanto las cosas el obispo don Sancho de Velunzas, que tuvo que intervenir el Procurador y Sindico General de la villa don Pablo Antonio Becerra y Monroy, y trasladarse este a la Corte y por razón de su cago y encargarse personalmente del asunto, una vez en Madrid, y tras realizar las gestiones que estimo oportunas, decidió otorgar el poder ante don Gabriel de Saavedra, a favor de don Lucas López Fonseca, procurador de los Reales Consejos , para que lo defendiese en todos los pleitos y a la villa de Cáceres, y en especial en el pleito con el obispo de Coria, sobre la reedificación de una puerta de la muralla cacerense, que se denomina de Nuestra Señora de La Estrella, así los comenzados como los que se ofrezcan comenzar, así civiles como criminales de cualquier calidad y condición que sean. A la misma vez que el procurador cacereño realizaba en la Corte estas gestiones, el licenciado don Francisco Ventilac, abogado en los Consejos, exhibía ante la autoridad competente, un poder a su favor otorgado por el licenciado don Miguel de Vega, presbítero, fiscal eclesiástico en la ciudad de Coria y su obispado con fecha de 10 de junio de 1726, Inmediatamente, los dos letrados, representando cada uno a su parte, comenzaron sus actuaciones en Madrid, utilizando todos los procedimientos a su alcance, el asunto había desperado interés y transcendía en determinados sectores.
De la correspondencia, se desprende que don Juan y don Jos de Carvajal, hijos del conde de la Enjarada, cooperaban con eficiencia sin descuidar un instante de cuanto en la villa cacerense acontecía, se esforzaban por que el parece de los miembros del Real Consejo, fuera propicio a su causa ya que estimaban que er4alo procedente. Tampoco las autoridades eclesiásticas estaban inactivas, el 1 de octubre el Vicario de la villa de Cáceres y su arciprestazgo, decía que, habiéndose dado cuenta a S.M. y señores del concejo, de la obra que se estaba haciendo en la muralla a expensas del sr. Conde de la Enjarada, en tanto resolvían las autoridades supremas de la nación, procedía apercibir a dicho caballero, el Maestro, ofíciales y demás personas intervinientes, para que se obtuvieran en continuar con la obra , y que al propio tiempo el sr. Vicario, procediera a determinar en que estado se encontraban las mencionadas obras en la fecha, y si se seguía trabajando o no, y en caso afirmativo identificar a los que lo hacía, debiendo visitar todos los días a realizar inspecciones , a fin de que quedara constancia y poder presentar testimonio ante el Real Consejo.
El licenciado don Juan Salinas, presbítero y Vicario de la Villa, procedió al mismo día a hacer las notificaciones al conde de la Enjarada, maestros y obreros y comunicando al Corregidor y a su teniente no permitieran se principie ni prosiga la obra , ni que s e toque nada de ella hasta que pronuncien los señores del Consejo, ordenando que el Notario Apostólico, diera fe y testimonio del estado dela obra, tras realizar una visita al lugar el día 2 de octubre a las siete media dela mañana, para hacer constar que no había oficial alguno trabajando en la obra de la Puerta Nueva, solo oficiales labrando piedras para las estas obras, y dos peones que estaba amasando cal para el mismo destino, en la plazuela que esta enfrente de la casa del Sr. Conde de la Enjarada. A media Mañana el mismo Notario extendió una nueva diligencia, que, habiendo vuelto a personarse en las obras sobre las nueve de la mañana, encontrando trabajando en el derribo de la Puerta Nueva a los overos que horas antes a amasar cal, y que los cinco oficiales caseteros continuaban poicando la piedra. En otras diligencias del Notario Apostólico, de los días 3 y 4, se decían que habiendo pasado en estas fechas y a distintas horas por la calle de los Adarves, pudo comprobar que los peones continuaban con el derribo de muros a un lado y otro y abriendo cimientos en la Puerta Nueva, en vista de estas circunstancias el Notario procedió a cursar visita a don José de Ovando, que hacía las veces de Corregidor por ausencia del titular, para requerirle que pasara las obras, pasando después a notificar a Esteban de la Puerta y a Andrés Gallardo, vecinos de Cáceres, peones de la obra, a Álvaro Barros , maestro encargado de la obra por Churriguera, a Pedro Barros, Ignacio Barros, Roque Parada y Pablo Cosme, oficiales picapedreros, que cesaran inmediatamente los trabajos, al parecer hicieron caso y sin la menor protesta. Pero al siguiente día volvió el Notario a pasar por la zona, quedando sorprendido al comprobar que los obreros habían vuelto a la faena, al preguntar indignado, le dijeron que la orden era del Conde de la Enjarada y los canteros por orden de los representantes de la villa, de todo esto dio fe el Notario Jarcia Moreno y expidió para que quedara constancia en autos.
Mientras eso sucedía en la villa cacerense, los asuntos en Madrid se complicaban más cada día, el 12 de octubre, el concejo de Cáceres, reunido en sesión acordó dar poder lo más amplio posible a su procurador don Pablo Antonio Becerra, que seguía en la Corte, para que llevara personalmente la dirección de todo y encauzara bien el asunto, ya se hallaba abierta la pugna entre los dos litigantes, sin que se vislumbrara nada que hiciera posible un arreglo, El Corregidor de lavilla y el concejo, facilitaron a la justicia cuanto estimaban favorable para inclinar la balanza de su lado, con el fin de incorporarlas al expediente, tratando de justificar que el portillo abierto en la muralla para levantar el arco era uno de tantos, Pedro Ramos, escribano del Rey en Cáceres, el18 de octubre extendió certificaciones :
Pedro ramos, escribano del Rey nuestro señor publico de esta villa de Cáceres y su tierra, por su Majestad doy fe, con vista para este efecto hecha, y conocimiento que tengo, y me asiste como por las demás razones.
Que la Muralla que hay en esta villa, es antigua y destrozada y derrotada en diferentes partes de ella, estando la mayor parte de la vecindad de esta villa fuera de la muralla, con muchas casas principales, la de ayuntamiento, y corregimiento, dos iglesias parroquiales , dos conventos de religiosas, digo tres, uno de religiosos, una enfermerita y otros suntuosos edificios, por lo que no s muralla defendible para invasiones , teniendo la dicha muralla pegada una fuerte torre, y se hallan y con la misma injerencia casas que acompañan a dicha muralla, no solo por la fuente del Palacio Episcopal, si no que prosiguen dicha muralla, adelante por lo cual, como llevo expresado, no es defendible por que he visto murallas así en pueblos de esta provincia, como fuera de ellas y en estos reinos, que siendo defendibles, no tiene las cualidades que van expresadas, y por esta razón en el año de mil setecientos y seis, en las próximas pasadas guerras con Portugal, habiendo entrado en esta provincia los ejércitos enemigos, capitularon en mi presencia Militares Superiores, por ser esta villa cacerense incapaz de defensa y por esta razón ser su entrega corriente luego que llegasen a ella tropas enemigas sin poner en riesgo a sus habitantes, y para que así conste de mandato de esta muy noble y muy leal villa de Cáceres, doy el presente que firmo y signo en diez y ocho dios del mes de octubre de mil setecientos y veinte y seis- En testimonio de Verdad- Pedro Ramos .
Que tendrá que decir a esto su ilustrísima, seguirá dando la tabarra, quizás lo sabremos en el siguiente capítulo,
(fuente Gervasio Velo-Arco de la Estrella)
Agustin Díaz