CAPITAN DIEGO CÁCERES DE Y OVANDO 1466-1474 (XII)
HISTORIAS DE LA VILLA DE CÁCERES
CAPITÁN DIEGO CÁCERES DE OVANDO
1466-1474 (12ªPARTE)
Paladín de los Reyes Católicos.
Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra
Habíamos dejado al Maestre don Gómez de Solís, huyendo de un sitio a otro, por las embestidas del bravo Clavero don Alonso de Monroy, junto con algunos leales y el capitán don Diego de Cáceres, salieron por piernas de Garrovillas, para ir a refugiarse a la sede de la Orden en Alcántara.
El 20 de agosto de 1467, Enrique IV vencía a sus enemigos en la batalla de Olmedo, el Maestre de Alcántara don Gómez de Solís, no estuvo en las huestes del infante don Alfonso, no podía alejarse del feudo extremeño, por temor a la guerra con don Alonso de Monroy, pero sí acudió a Segovia, cuando el Rey vino a esta ciudad a entrevistarse con los rebeldes (nos cuenta el cronista que: el antes que llegase a la fortaleza el Rey, salieron a él, don Gómez de Cáceres Solís, maestre de Alcántara y don Garci Álvarez de Toledo, conde de Alva, así como media legua fuera de la ciudad, tan sin vergüenza ninguna, como si mucho le hubieran servido) , Por fortuna para estos, don Enrique IV, era un ser, incompetente, fatuo, incapaz de sacar partida a la victoria de Olmedo, ni de su postura como Monarca legítimo, indeciso vacilante, propicio a todas las señales pacifistas, que sus enemigos hubieran terminado anulándole, si el azar no viniese en su ayuda, con la muerte del Infante don Alonso, ocurrida en Cardeñosa, cerca de Ávila, el 5 de julio de 1468, el suceso, de imprevista trascendencia, daba entrada en la escena política castellana a la figura culminante de la historia española, la por entonces joven Infanta doña Isabel, que andando en la historia seria la gran reina doña Isabel la Católica.
Esta joven Infanta, demostrando desde el primer momento, de su entrada en la historia, su tacto y talento excepcionales, se negó a aceptar el ilegal trono de su hermano don Alfonso, mientras viviera el Rey legitimo su también su otro hermano don Enrique IV. Con esto concluyeron momentáneamente las banderías nacionales, el Rey, reconoció a su hermana como sucesora, la postura de don Gómez de Solís y sus partidarias, quedo en una situación anómala, pero sin temor alguno ya que el infeliz Rey don Enrique IV, siempre está dispuesto al perdón, en 1469, el Maestre don Gómez, se postró ante el Rey en Trujillo, dándose al olvido la pasada traición del Maestre don Gómez de Solís, a cambio de que dejase libertad de movimiento a la villa cacerense, en la que de nuevo se dejaba sentir la influencia del Capitán don diego de Cáceres de Ovando (el cronista cuenta que: El Maestre, volvió al rey en Segovia y en Trujillo, y pidiole perdón, con tal que dejara libertad a la villa de Cáceres, que había por él , el capitán don Diego de Cáceres Ovando en su mando ).
Lo que ya no era tan fácil, era detener el ímpetu del Clavero don Alonso de Monroy, en sus victoriosas correrías, el propio monarca don Enrique IV, estaba incapacitado para intentarlo siquiera, toda vez que el Clavero don Alonso, fue el mantenedor de sus derechos, en tierras cacerenses y extremeñas, por lo que necesariamente debía de seguir mirándolo con afecto y tolerar que siguiera con su campaña (el 24 de Noviembre de 1469, compareció antes el concejo cacereño, el honrado caballero don Alonso de Monroy, Clavero de la Orden de Alcántara, presentado real cedula, dada en Cuellar en 15 de julio de 1467, concediendo a la villa de Cáceres, exención en los pagos de alcabalas de huervas y hacer ferias).
Si lo nacional se calmó de momento, el cisma alcantarino, seguía en pleno apogeo, en Maestre ya en el comienzo de sui total decadencia, el Clavero, en la cumbre de su buscada y merecida, brillante fama, por eso no dudo ya en ir a la conquista de la sede de la Orden, la villa de Alcántara, a la que puso cerco. Convencido el Maestre, que esta era una oportunidad propicia de recuperar Zalamea, fortaleza y villa, que le había sido arrebatada por el Clavero don Alonso de Monroy, partió con don Diego de Cáceres Ovando, al frente de sus tropas llegando a su destino durante la noche < abrid señores abrid, que el clavero viene aquí huyendo del Maestre > tal engaño, hizo que les franquearan la entrada, adueñándose con facilidad de Zalamea.
Entre los cogidos prisioneros, figuraban dos de gran categoría, padre e hijo, parientes de Monroy, los comendadores de Lares y Zalamea, don Gonzalo y don Gutiérre de Raudona, Estos ilustres presos dioles el Maestre, en custodia al Capitán don Diego de Cáceres, soldado viejo, de mucha experiencia, y mandó que se le entregase la fortaleza de Benquerencia, para que los tuviese a buen recaudo.
Miguel Muñoz de Sampedro-Tres Paladines
Agustin Diaz