CAPITÁN DIEGO DE CÁCERES Y OVANDO 1476-1477 (XVIII)

17.07.2020 10:54

           HISTORIAS DE LA VILLA DE CÁCERES

                       CAPITÁN DIEGO DE CÁCERES OVANDO

                                           1476-1477 (XVIII)

Paladín de los Reyes Católicos.

Crónica desde la calle Cuba de mi llopis Ivorra.

Murió el Maestre “el electo” llamado así, porque nadie lo eligió, ni nadie le autorizó como tal, Francisco de Solís, aunque la muerte le sobrevino en Alburquerque, luchando a favor de Isabel y Fernando de Castilla, en contra de Alfonso V de Portugal y de Juana la Beltraneja, no fue el enemigo el que le diera muerte, el que lo decapito fue un tal Golondro, que viéndolo herido aprovecho la ocasión para de un espadazo arrancarle la cabeza, en su descargo hay que decir que este Golondro , había sido criado del muy noble y valiente Clavero de la Orden de Alcántara don Alonso de Monroy, al cual el de Solís mantenía preso con felonía en la fortaleza de Magacela, así las cosas , los Reyes de castila, necesitaban otro Maestre para alcántara, y quien mejor que el cautivo don Alonso de Monroy, el cual ya lo era por haber sido legalmente elegido, y por su valentía y validez demostrada, no tardaron por ello en hacer las gestiones para ponerlo en libertad y en eso dejábamos al capitán don Diego de Cáceres Ovando, en el capítulo anterior.

                               Alburquerque

Aunque pelín mosqueado por el nuevo rumbo que tomaban los acontecimientos y algo embarazoso para don Diego de Cáceres, no había miedo a que alterara su línea de conducta, su posición de paladín de don Fernando y doña Isabel, lo que estos ordenasen seria acatado, era preciso cooperar sin reservas en pro de un ideal de grandeza, que ponían en peligro los traidores manejos de los que, aferrados a ambición es y deslealtades habían llamado a los extranjeros. El Capitán don Diego, siguió reclutando tropa, y haciendo incursiones fronterizas en la espera de que llegase el momento de ir a reunirse con los Reyes, el resto de aquel año de 1476 y los comienzos de 1477 los consagro a aquella tarea, adentrándose unas veces en tierras portuguesas y cooperando otras a combatir a los enemigos infiltrados en Extremadura, sus correrías por el país vecino, tuvieron por campo de operaciones una amplia zona fronteriza, al norte y su del Guadiana, desde Alegrete, lindero con Alburquerque, hasta Serpa, junto a Huelva, pasando por Arronches, Ouguela, Mouron y Moura, en todos estos lugares tuvo dominio, más o menos permanente, destaca entre las operaciones defensivas en al que intervino el capitán don Diego de Cáceres, en el contraataque al avance de la tropa portuguesa, sobre Villanueva de Barcarrota, en la que los enemigos hicieron gran presa de ganados, que les fueron  arrebatados en la retirada por los Españoles, bajo el mando de Hernán Gómez de Solís, alcaide de esta villa y hermano del finado don Gómez de Solís.

El monarca Portugués, había salido de Plasencia con su ejército, pasando por el Puerto de Baños, para acudir a Béjar y luego a Arévalo, desde donde pensaba marcha hacia Burgos, ciudad esta, que se puso al servicio de los Reyes don Fernando y doña Isabel, Alfonso V de Portugal, necesitaba una base de operaciones permanente, con situación estratégica que le permitiera fácil el abastecimiento, libertad de acción en Castilla y pronto enlace con Portugal, todas estas condiciones las reunía la ciudad de Toro, cuya entrada le facilito don Juan de Ulloa, el Marques de Villena pudo también pudo apoderarse de Zamora, logrando otro buen puno de apoyo, golpes duros eran estos para la corona castellana, con esto iba  aumentado el poder y prestigio de los enemigos, pero cierto es también que los monarcas castellanos, que apenas si disponían de quinientas lanzas cuando entraron en el juego los portugueses , ahora contaban ya con treinta mil infantes, dos mil quinientos hombres de armas y ocho mil quinientos jinetes.

Aun sabiendo lo peligroso de la empresa en adentrarse en territorio dominado por el enemigo, don Fernando, asentó su reales huestes frente a Toro, el 19 de Julio, pretendía que el de Portugal saliese a dar batalla, al no aceptar, fue hacia Medina del Campo, a finales de Agosto ponía don Fernando cerco a la fortaleza de Burgos, que estaba por los rebeldes, asunto de interés para los Duques de Arévalo, el hijo primogénito del primer matrimonio del Duque, don Pedro de Zúñiga, hermano de padre del Maestre niño de la Orden de Alcántara, seguía la causa de los Reyes Católicos, con la esperanza le dieran la fortaleza, mientras su madrastra y enemiga , la Duquesa doña Leonor de Pimentel, instaba al Rey Portugués, para que fuera a socorrer a los sitiados, con el fin de tomarla ella bajo su mando.

En Toro, el Rey de Portugal, en Zamora el de Castilla, la guerra entraba en su fase decisiva y final, era el momento de concentrar todos los efectivos de uno y otro bando, a principios de febrero de 1476, el príncipe de Portugal se encaminaba hacia Toro, con mucha gente de calidad, para dar apoyo a su padre, también por estas fechas el capitán don Diego de Cáceres, puso fin a sus luchas fronterizas y puso rumbo a Zamora con las tropas reunidas en Extremadura, el desenlace ya no podía hacerse esperar.

El Rey Portugal, que en las campañas africanas había demostrado su pericia, no pudo conducirse en Castilla de maneras mas torpe y vacilante, sin un plan definido sin aprovecharse de las oportunidades, oscilaba entre su orgullo y los temores de traiciones por parte de los grandes castellanos, los mismo que le habían hecho venir, ahora se hizo mas patente su desorientación, en esta ultima fase de la contienda, si con  grandeza lo vieron un día los de España venir sobre Zamora, con su ejercito a ocupar el puente, con mayor sorpresa aún, tras fallidos intentos de entrevistas y de planes sin desarrollar plan alguno que justificara su venida, descubrieron, al amanecer del día 1 de marzo, que había levantado el campo y se retiraba hacia Toro ( esta batalla fue primero de marzo, primero viernes de cuaresma, año del nacimiento de nuestro señor Jesucristo de 1476).

Esta torpe maniobra, hizo enardecer el deseo de lucha en los castellanos, los cuales se pusieron con prontitud sobre las armas, dispuestos a dar alcance al enemigo, siendo la ocasión propicia, el Rey don Fernando no quiso pasarla por alto, pero los primeros momentos  de euforia y precipitación dificultaron el avance, miles de hombres se agolpaban en el angosto puente sobre el rio Duero, única salida de la ciudad, los que lograron cruzarlos se esparcían empujados por los de atrás, avanzando con dispersión, sin orden ni formación. El rey, tuvo que elegir entonces un capitán de los de su absoluta confianza para organizar la salida, el nombramiento recayó en el capitán don Diego de Cáceres Ovando, desde las primeras horas de aquel día, el mas heroico de su vida, su nombre empezó a sonar con aureola de lealtad, valor y competencia, del orden en el avance dependía el triunfo, o la derrota.

Con doscientos de a caballo, don Diego, cumplió acertadamente la importante misión, el ejército en perfecto orden, avanzo tras el enemigo, este les llevaba tres o cuatro horas de adelanto en el camino se pudo iniciar el seguimiento, para compensar la ventaja y entorpecer la marcha de los portugueses, un destacamento de trescientos de a caballo ligeros, hacia avanzado rápidamente y empezó las escaramuzas con la retaguardia del de Portugal, logrando  deshacer a mas de ochenta jinetes y de apoderarse de mucho fardaje, con estas acciones , aunque de manera lenta se fue acortando la ventaja.

En el centro de la formación marchaba el Rey don Fernando, a su derecha seis  escuadrones mandados por don Álvaro de Mendoza, don Pedro de Guzmán, el obispo de Ávila Vasco Vivero, don  Bernal Frances y don Pedro de Velasco, a su izquierda tendidos hasta la margen del rio Duero, los otros escuadrones, capitaneados por don Pedro González de Mendoza, cardenal de España, los tíos del Rey, Almirante de Castilla y Conde de Alba Liste, Duque de Alba y don García de  Osorio, el capitán don Diego de Cáceres, iba junto al Cardenal Mendoza.

Miguel Muñoz de Sampedro – Tres Paladines

Agustin Diaz.