DON FRANCISCO DE HINOJOSA 1473-1489 CÁCERES (VII)
HISTORIA DE LA VILLA DE CÁCERES
FRANCISCO DE HINOJOSA (VII CAPITULO)
(LAS BANDERIAS Y LA UNIDAD NACIONAL)
1473-1489
Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra
En capítulo anterior, habíamos dejado a Francisco de Hinojosa, abandonando la plaza de Alcántara, derrotado y viudo, salía de la villa alcantarina, con el elogio hacia de su persona tanto de amigos como de enemigos, pero derrotado, habiendo dejado mucho de sí en la defensa de la plaza, hasta la vida de su esposa, siendo escasa y hambrienta las huestes a su mando, solo le quedo un camino, la rendición.
Frente a frente se encontraba el Clavero don Alonso de Monroy, al hombre que fue la causa ocasional de la lucha fratricida, don Alonso de Monroy, siempre noble y caballero, debió sentir admiración y pena al contemplar en tan lastimoso estado al que conoció otrora arrogante, en Cáceres, durante las fiestas nupciales, y en tono de consuelo le dijo:
-¿Quien ganó más honra, Hinojosa, señor, vos que os habéis defendido tanto tiempo amparado con no muy buen aderezo, o los que entramos ahora por concierto en la villa?
- Sed vos juez, señor, respondió Hinojosa, pues tuvisteis ventura.
- No pudo caballero en el mundo defenderse mejor que vos habéis hecho, vos sois más honrado- concluyo el Clavero, mientras se quitaba una capa, que ordenó a sus seguidores echar en los hombros de Francisco de Hinojosa.
Las caballerosas palabras, y el gesto noble de don Alonso de Monroy, tuvo que mitigar en parte la tristeza del vencido, pero la sensación con la que salía de Alcántara Francisco de Hinojosa, erra de derrota absoluta, don Gómez de Solís, había perdido la cabeza del Maestrazgo, allí mismo poco después, el 19 de octubre de 1472, don Alonso de Monroy se hizo elegir Maestre, aunque esto ocurría cuando don Francisco de Hinojosa se estaba alejando del lugar de sus hazañas y sufrimientos, el futuro no podía ser más negro para su bandería, tras constantes reveses, don Francisco debió ver entonces con claridad que su cuñado don Gómez de Solís, llegaba al ocaso, el bando al que tan lealmente había servido entraba en un periodo agónico.
Terminada su misión en Alcántara, don Francisco de Hinojosa, decidido a no abandonar la causa de Gómez de Solís, marchó a Zalamea, dispuesto a mantener esta villa en poder del Maestre, ya en decadencia total, despojado de su estado, y afligido de una enfermedad, don Gómez de Solís, fue a recogerse en Magacela, y allí murió en 1473, triste, olvidado y pobre, sin más adeptos que sus parientes Francisco de Solís, Diego Cáceres de Ovando y Francisco de Hinojosa. En 1 de agosto Hinojosa se reunía en Villanueva de la Serena con el Capitán Diego Cáceres de Ovando, Juan de Grijalva y Pedro Pantoja, alcaides respectivamente de Benquerencia, Castelnovo, y Magacela, firmando todos pactos de alianza con el Maestre de Santiago, para seguir defendiendo la causa del difunto don Gómez de Solís.
Al llagar la noticia de la muerte de Solís, el ya Maestre don Alonso de Monroy, se dispuso a en mayo de este año de 1473, a ocupar los lugares, castillos y encomiendas de la Orden, era uno de los sectores rebeldes a Monroy, la tierra de la Serena, cuyas fortalezas defendían los parientes del fallecido Maestre Gómez de Solís. Por aquellas tierras, el Maestre don Alonso de Monroy, tenía enemiga poderosa en la guerreadora Condesa de Medellín, tras librar victoriosos encuentros con la gente de la condesa, don Alonso marcho sobre las plazas que deseaba ocupar, ante la resistencia que Francisco de Hinojosa hizo en Zalamea, Alonso de Monroy, le puso asedio, quedando al mando de las tropas de asedio su primo “el Bezudo”, mientras él se ocupó de la rendición de Magacela, defendida esta plaza por Francisco de Solís, sobrino del que fuera Maestre Gómez de Solís, hijo de doña María de Solís.
Tras heroica e inútil resistencia, Francisco de Hinojosa, entregó Zalamea, todo parecía serle prospero al antiguo Clavero, cuando de manera inesperada se inició su desgracia, Magacela se defendió con refuerzos enviados por los enemigos de Monroy, mientras este iba a Sevilla, llamado por el Duque de Medina Sidonia, al regreso de este viaje a Andalucía, Francisco de Solís, trató de ajustar paces con don Alonso, solicitándole en matrimonio una de sus hijas, en realidad se trataba de una indigna trama para apoderarse de don Alonso de Monroy, es asombroso como hombre tan experimentado pudo caer en la trampa, y pese a las advertencias de muchos de los suyos, el Maestre se dirigió confiadamente a Magacela, invitado por su supuesto yerno, una vez dentro del castillo fue hecho preso por Solís, encerrado y encadenado en una prisión .
Este golpe de audacia, varió de momento el sesgo de los acontecimientos, Francisco de Solís, reuniendo en Magacela, a los caballeros de la Orden que le eran adictos, se hizo elegir Maestre de Alcántara, y otra vez había tres candidatos al Maestrazgo, Monroy, Solís y don Juan de Zúñiga, cuya causa seguía manteniendo con tesón su madre la Duquesa de Arévalo, que al final fue el que se llevó el mayor trofeo.
De nuevo el bando de los Solís volvía al juego con Francisco de Hinojosa, que incondicional a este bando, fue a reunirse con el electo Francisco Solís (electo lo denominaron siempre los cronistas, su designación jamás fue confirmada por el Papa), que se había confederado con la Duquesa de Medellín y con el Comendador Mayor de León, a fin de que le apoyasen en las pretensiones de Maestrazgo…
Miguel Muñoz de Sampedro-Tres Paladines
Agustín Díaz