LAS CONQUISTAS DE CÁCERES IX
LAS CONQUISTAS DE CÁCERES
IX
Crónica desde la Calle Cuba de mi Llopis Ivorra.
Y sucedió que la Orden de Santiago*, tras la conquista de Hins Qazrix, demandó al monarca Alfonso IX de León y Galicia, le encomendaran a su cuidado la villa cacerense, en cuestión de que en ella había nacido la Orden, y en ella tuvo su primera casa, ya fuera en la actual iglesia de Santiago, o tal fuera en sus alrededores, pero posiblemente muy cercano a ella, quizás fuera la llamada del Sancti Espíritu, que se edificó en el siglo XII y donde existió una cofradía y un hospital nobiliario, y que quizás fuera la llamada en la actualidad del Espíritu Santo.
En el año de 1960 las ruinas de aquella casa-convento todavía eran visibles, y Catedrático Sr. Orti Belmonte nos indica que, se supone fuera esta la casa Matriz de los frailes milites de los Fratres de Cáceres, y que los freiles milites adoptaron como advocación de su casa las primeras palabras de la regla
SANCTI ESPIRITU GRATIA
Las cuales fueran en hospitales y que en las casas en que campeaban los caballeros recibía y se quedaba con este nombre.
* Los Fratres de Cáceres
Corría un año de extraordinario interés en la historia de Cáceres, la fortaleza, ya villa que empezaba de nuevo a nacer, se encontraba en poder de los cristiano, estamos en el año de 1170, y defendida por un lúcido plantel de caballeros principales, ya de Alcántara a Monfragüe, no habia rastro de moros, y las llanuras del Salor al Ayuela, comenzaban a poblarse, sobre todo a los bordes de la calzada romana, el conde Castellano don Gonzalo de Marañón, que había sido Alférez del emperador Alfonso VIII y que en diversas ocasiones estuvo a las órdenes de Fernando II, fundó muy cerca de la tierra de los sarracenos y a la vista del castillo de Montánchez un poblado o casar que dio su nombre y que más tarde algún sucesor suyo, le habría de llamar las Casas de don Antonio,.
Ibn Jalis, un morisco al que los cristianos llamaban Abençales, construye otro caserío sobre las ruinas de la mansión Ad Sorores, con una pequeña atalaya, que más tarde pasaría a poder de la Orden de Santiago, y que por esta razón laso a llamarse Santiago de Bencaliz. Un tal Pedro Cervero, venido con la hueste leonesa, funda en la parte más alta de la divisoria de los valles del Ayuela y del Salor, una granja, que se llamó entonces de Pedro de Cervero, lo que hoy es dehesa la Cervera.
Así las cosas daban a entender que el territorio cacerense, nacía de nuevo a la vida y que los peligros de tierras fronterizas quedaban al olvido, y retirados tras la sierras del Sur, de que el moro parecía no se atrevía a cruzar, en estas, varios caballeros de la guarnición cacerense acordaron fundar una Orden Religiosa y Militar, que tuviera como todas sus semejantes, dos fines principales, la defensa de la religión y la lucha contra los infieles, dedicándose durante la paz, a guardar y proteger los caminos de las peregrinaciones a Santiago. Escogieron a este Apóstol como su protector celestial y al Obispo de Salamanca como su patrono y valedor temporal, el Rey don Fernando II, presto su aquiescencia y conformidad, donando a esta naciente Orden Militar, la villa recién conquistada de Cáceres.
El día 1 de agosto del año de 1170, la congregación de los Fratres de Cáceres, quedaba fundada, adoptaron sus caballeros como insignia una cruz roja en forma de espada, con los remates de puños y gavilanes floreteados, establecieron su casa en una iglesia de Cáceres, extramuros, muy cerca de la Puerta de Coria, en una meseta en el declive hacia la ribera, declive que desde los tiempos del primer Maestre don Pedro Fernández, se venía llamando la Cuesta del Maestre.
La Orden cambió pronto de nombre, la crónica la llaman en los primeros tiempos de Ordinem de Cáceres, Milites de Cáceres o Fratres o Freyres de Cáceres, pero a cambio de sus insignias fue conocida como de fratres de la Espada, hasta que al final del siglo XII comenzó a ser denominada Orden de la Caballería del Señor Santiago.
La orden de los Fratres es considerada de origen De la orden de Santiago según las referencias que se conservan de la época fue el rey Fernando II de León en el año 1170 quien fundó la orden de los fratres, confirmado después por bula del Papa Alejandro III cinco años después. El objetivo inicial de esta orden era apoyar la reconquista cristiana de aquellas zonas que estaban ocupadas por los musulmanes en la Península Ibérica y defender a los peregrinos que realizaban el Camino de Santiago. Doce caballeros liderados por Pedro Fernández, señor de Fuentecalada canónigo y militar español, al que se le considera fundador y primer maestre de la Orden de Santiago*.
El origen de la petición de la villa cacerense al monarca leones fue que Fernando II, su padre, tenía en su posesión Cáceres año de 1169-1170, según que cronista lo cuente, y fundó la Orden de los Fratres de Cáceres, convertida luego en la Orden de Santiago, y que una vez perdida Cáceres en 1174 a manos de las huestes moras de Abu-Y’aqub, confirmó las posesiones y castillos de la Orden de Santiago, por privilegio dado en 30 de marzo de 1181, y otro dado en Salamanca en 4 de mayo del mismo año de 1181.
Cuando en el reinado de Alfonso IX de León y Galicia, visito la corte el legado del Papa Alejandro III, Cardenal Jacinto, este era el principal protector de la Orden de Santiago, el Rey donó a la iglesia de San Pedro en Roma y a su Cardenal el castillo de Castrotoraf (Zamora), y segu8n cuenta la crónica esto lo hizo en la Cancillería por la salvación de su alma y la de doña Urraca, su madre, y la del emperador, esto lo hizo en atención al afecto que el Cardenal le profesaba.
El Papa Alejandro III, en la bula de confirmación de la Orden de Santiago, nombra entre sus vienes el Castillo de Castrotoraf, pero quizás esta solo fuera fiduciaria del mismo, y no les tenía en mucha confianza.
De pronto los caballeros de la Orden de Santiago, abandonaron las huestes del rey Leones, dirección tierras castellanas y donde levantaron nueva casa Matriz, en Ucles (Cuenca) hecho este que disgustó y en gran manera el monarca Alfonso IX, como castigo produjo la ocupación de todos los bienes de la Orden en el reino de León, por lo que el rey recobro el castillo de Castrotoraf.
Despues de estos episodios tiene lugar la toma de Cáceres, momento en que la Orden reclamo para si la villa como herencia, porque era suya, porque en ella había sido creada por su primer Maestro son Pedro Fernández, con el nombre de Fratres de Cáceres y de la Espada, pero Alfonso IX se niega a devolverla a la orden, y con la política suya de unas veces amenazas otras de pastos, se llega a un acuerdo entre el rey y el por entonces Maestre de la Orden Pedro González, que le había ayudado y mucho en la conquista, ésta avenencia fu fechada en la localidad de Galisteo en el mes de mayo del año de 1229, y que tuvo su confirmación por el Papa Inocencio IV en Lyón, siendo el tercer año de su patriarcado.
Y posiblemente este pacto fue realizado antes que el rey concediera los fueros a la villa de Cáceres, en él enuncia la Orden a sus pretensiones de poseer la villa cacerense.
En virtud de esta concordia, Alfonso IX devolvió el castillo de Castrotorar y la villa de Fafila a la Orden de Santiago.
Y comprometiéndose que, ni él ni ninguno de sus sucesores, y cuando Fernando III confirmó el fuero, la Cancillería Real, haciendo historia estampa en el pergamino:
“Memorantus Rex dedit in concabio Fratebus de Spata, Villa Fafañia y Castrotoraf”
El monarca Alfonso X “el Sabio” confirmaría esta concordia en el año de 1253-
Y así, el castillo de Castrotoraf siguió perteneciendo a la Orden de Santiago, hasta el XXV Maestre de la Orden, don Fabrique, hijo de Alfonso XI, que le dio a Juan Alonso de Alburquerque, pero Pedro I “el Cruel” prometió y se obligó en Valladolid, en cuatro de julio de 1351 a restituirlo a la Orden al fallecimiento del de Alburquerque.
“Y por eso mandó y otorgo al Concejo de la villa cacerense y de su término que, habían dado o vendido o empeñado o en cualquiera alguna manera, heredad, viña, campo, casas o plazas, huertos, o alguna raíz a algunos frailes en el Concejo, que lo tome, y cuanto hubiere, y esto que mandare a los frailes, lo meta todo en pro del Concejo, en caso que se pudiere probar y si no se salve por el Concejo con cinco varones por testigos y él.
Sin embargo, se quiere mandar a los frailes, que lo mande de su haber mueble, pero de raíz no, y si mandare a los vecinos de la villa o clérigos, o iglesia o cofrades de Cáceres, valga, a los extraños no valga”.
Inmediatamente, y tras la conquista de Cáceres, otorgó al Concejo todo su territorio, según quedó escrito en su carta “de Mojón a Mojón” y dio y otorgó también a cada vecino de Cáceres sus casas, heredades, huertos, molinos, alcázares y todas sus particiones que se hubieren hecho por sus cuadrilleros o por mandato del Concejo, hechos o pregonados en el día domingo valgan.
Valgan así mismo todas las participaciones que después hicieran tanto de aldea como cuenta de la villa, y que una vez hechas nunca después sean revocadas.
El que quisiere revolver o quebrantar las particiones no le valga y pague mil maravedíes de multa al Concejo-
El termino de Cáceres es de 1766 Km2.
(Fuente Ortiz Belmonte)
(fuente Floriano Cumbreño)
Agustín Diaz Fernández