LAS CONQUISTAS DE CÁCERES X
LAS CONQUISTAS DE CÁCERES
X
Crónica dese la Calle Cuba de mi Llopis Ivorra.
La organización del Concejo cacerense al poco de la conquista, lo formaban seis honme que se reunían en el día viernes en el tribunal llamado Corral, para recibir pruebas y emplazar, y firmar, estos seis parece que eran elegidos por los alcaldes del Concejo y se nombraban por periodos de un año, echándose a suertes entro los hombres buenos de cada colación, su mandato era de San Juan a San Juan.
Los alcaldes del Rey, intervenían en el cobro de los derechos sábado se juzgaban los rieptos (especie de reto) y desafíos, los mayordomos llevaban las cuentas y recibían los penos, los fieles eran como aguaciles o vigilantes a cuyo amparo se ponían las cosas en litigio o las prendas.
Escribano de Concejo era el notario y tambien le da este nombre en las rubricas el que leía el fuero cuando se invocaba en juicio.
Voceros eran los abogados que intervenían en los litigios. Alcaldes de hermandad los que el fuero latino llama Confratis de Cáceres, cuya función se desconoce, pero parece que tenían su intervención en las juntas con otros concejos municipales.
Alfaqueques eran los que se encargaban de intermediar en el rescate de los cautivos y cristianos y tratar con el moro, estos alfaqueques, gozaban de grandes inmunidades y eran muy estimados en las fronteras.
Andadores eran llamados los que, llevaban las cartas del Concejo, guardaban a los presos, embargaban prendas, imponían penas, y ajusticiaban a los condenados, daban alojamientos, y cuidaban el campo de los rieptos y de las armas de los lidiadores.
Aportellados, los de esta dedicación eran los que tenían algún cargo en el Concejo Municipal.
Sexmeros, ordenaban el laboreo de las tierras comunales, el sexmo de Cáceres se iniciaba con los sexmeros, que hacían las particiones de la tierra, según las rubricas del Fuero de Caballería se dividían en veinte porciones, no pudiendo tener uno solo más de una veintena, estas tierras eran heredables y las Aldeas Sexmeras de Cáceres la constituían los actuales pueblos de:
Arroyo de la Luz, Malpartida de Cáceres, Aldea del Cano, Casar de Cáceres, Torrequemada, Torreorgaz, Sierra de Fuentes y la Aliseda.
Fernando III “El Santo” declara válidas las particiones y repartos que se hicieren después de la conquista por mandatos del Concejo, hechas estas en domingo y pregonadas tanto en la villa como en la aldea, bajo multa de mil maravedis al que quisiere anular o quebrantar o hacer otra.
Tras la conquista, cuanto soldado de las mesnadas que acudía a solicitar tierras al Concejo, les eran concedidas y notificadas por pregón en sus plazas arruinadas. Mientras ellos con sus siervos y esclavos iban después a tomar posesión con sus aperos de labranzas y ganados para transformarse en labradores y ganaderos y dejar la vida de mercenario.
Entre los nombres de los que estuvieron en la conquista de Cáceres, aparece un Ruy Silvestre Espadero que, una vez tomada la villa, y en él dio principio su linaje cacerense, más algunos de los de esta familia cambian sus apellidos por los de la ciudad, pero no en las armas del escudo, las dos espadas de acero cruzadas en campos rojo con las cruces y la empuñadura de oro.
El apellido Gil comienza su andadura por tierras cacereñas desde la conquista, y los que se dedican a la cosa esta del estudio de los linajes, hacen cabeza de familia a un hijo bastardo del Rey Alfonso IX de León y Galicia, don Martin Alonso, del que dicen estuvo en los repartimientos y que en ellos se vinculó la tenencia del Alcázar hasta el reinado de Pedro I “El Cruel” y sucedió que:
“Desde los últimos años del reinado de Alfonso X, “El Sabio”, en el Concejo cacerense, se habia producido don tendencias, con el motivo de las guerras de los que apoyaban la causa de los Infantes de la Cerda, con los que defendían la de Sancho IV de Castilla, el Bravo, tendencias que fueron acentuándose más con los reinados sucesivos. En tiempo de don Pedro I, el Cruel, capitaneaba la bandería Real, don Gómez Tello, que contaba con gran autoridad en la villa, y la familia Giles, que eran a la sazón sus competidores locales y que defendían la bandera de don Enrique de Trastamara.
A la muerte del rey don Alfonso XI, sus hijos el rey D. Pedro I, apodado el cruel y D. Enrique, conde de Trastámara y futuro Enrique II, intentan ganarse la fidelidad de las villas en su lucha por el reino. Es el año 1337, y en esa lucha el alcázar de Cáceres es un enclave importante, por ello el Concejo deciden bajo acuerdo de ambos monarcas, y por seguridad entregar la Villa de Cáceres en custodia a dos caballeros de la familia Gil (unos dicen que eran tío y sobrino, otros que eran hermanos), manteniendo así la neutralidad de la Villa mientras los monarcas dirimen sus diferencias.
“Por orden del Concejo de la Villa de Cáceres y bajo el consenso del rey D. Pedro I y D. Enrique se hace entrega de la Villa de Cáceres a los caballeros aquí presente de la familia Gil, para que la guarden en custodia junto con sus habitantes y no la entreguen a nadie a menos que vengan enviados por ambas partes en conformidad y en paz.”
“Ante Dios mediante que así se hará, nuestro honor ponemos en ello.” -Juraron los Giles. -
En el año de 1367 Gómez Tello, se desplaza a Sevilla, dejando al descubierto la ocasión al Rey Pedro I, de apoderarse del Alcázar cacereño, se vino a Cáceres con el Rey, y personándose los dos en las puertas del alcázar, el Rey don Pedro conmino a los que la guardaban para que se la entregasen, más los Giles contestaron:
“No podemos facer tal cosa, ni él era parte para les tomar el Alcázar, porque ellos eran obligados a cumplir con la obligación que tenían”
Entonces el monarca Pedro I, el Cruel, ordenó que les cortaran las cabezas.”
Leales a Fernando III de Castilla “El Santo” que ayudo en la conquista de la Extremadura, a su padre Alfonso IX de León y Castilla, el linaje Gil entronca con los Mogollón, sus armas dos osos de su color en campo de oro, el cronista nos dice que, pudieran ser que los osos de este linaje, tuvieran alguna relación con la muerte del Infante don Sancho en Cañamero, entre las garras de un oso.
“En el año de 1218, desaparece de la corte el Infante don Sancho Fernández, sin más, posiblemente enemistado con su hermano, inclinado este, en resolver el problema sucesorio en favor de las Infantas doña Sancha y doña Dulce, el hecho es que no se vuelve a saber más de él, hasta que, en 1220, aparece por Toledo, reclutando gente para pasar a Sevilla, donde el Rey de Marruecos, contaba, “le avie dar grandes averes”. Consiguió que le siguieran muchos cristianos tambien muchos judíos, y, dicen las crónicas que llego a juntar entre los unos y los otros una tropa de más de cuarenta mil hombres, y con ellos tomó el camino del Sur, dirigiéndose según dijo a Sevilla, más desvió su ruta yendo a parar a Cañamero, donde se encontró un castillo abandonado, el cual pobló con gente suya, y desde que empezó a correr la tierra “haciendo mucho mal ende a moros e a cristianos”. Cierto día, salió a montear por aquellas sierras, en las que por entonces habitaban gran cantidad de osos, y habiendo levantado una de aquellas fieras, el Infante se lanzó a él, pero el oso lo mato. Tres días más tarde el gobernador de Badajoz se presentó con un nutrido contingente de moros, sitió el castillo, lo tomo “e descabezolos a todos” *
“e fue un día martes e muerte e vino un osos e mató a Sancho Fernández, al tercer día Joves vino el Rey de Balladosa, Coria, con gran poder de moros y prisió cañamero y decabezolos a todos, esto fue XV días de Agosto de la era MCCLVIII!”
Juan Figueroa, que aparece en los documentos, según nos cuenta el cronista se halló en la conquista de, tambien vía matrimonio entronca con los Mogollón y los Giles, y tienen por armas en su blasón cinco hojas de higueras en campo de oro.
Juan Blazquez de Cáceres, que era oriundo de Ávila y figura entre los conquistadores de la villa cacerense, sus armas son media águila junto con un castillo en campo rojo, y que su nieto fuera Blasco Muñoz, que es de donde deriva el linaje cacereño, fundó Mayorazgo sobre la torre y la casa fuerte de Mayorazgo a una legua y media de Cáceres, que derivó en el apellido Mayoralgo que tenían su casa solariega en la Plaza de Santa Maria.
El Maestre de la Orden de Santiago Pelay Pérez, dice de don Nuño Blazquez que, ayudo a ganar Cáceres a los moros en una carta de donación de 1269 y así figura en las crónicas de Ávila que, en los hechos de Nuño Blazquez en las conquistas de Alfonso VIII y San Fernando y de su pariente Blasco Nuño “El Soberbioso” cambiaron de apellidos Blazquez por el de Mayoralgo, con motivo del pleito que ganó Diego García sobre el Mayorazgo fundado por Juan Blazquez Fernán Paredes Saavedra, a quien el cronista hace hijo de Pedro Fernández, que dice tomó parte en la conquista de Cáceres, donde fue tenente, y cuyo nieto Fernán Arias Saavedra según consta en documento de fecha de 1293, vendiendo arrendamientos del pece del llamado hoy el Arrope.
Alfón Pérez Golfín tronco linaje de los Golfines de Cáceres, le da repartimientos de tierras en el reino de Alfonso X, entre otros la Dehesa de Torre Arias y Fuente Higueras en 1264, la que da origen al titulo del Conde de Torres Arias.
Al punto de terminada la conquista de la tierra cacerense, Alfonso IX de León y Galicia, se encontró con que los pobladores llamados, no querían venir a poblar Cáceres, temían venir a perder el tiempo y todas las cosas que tenían o que en su misión de poblar trajeran, más las que obtuvieran allí si acaso después, y las huestes del conquistador tampoco les ponían interés en poblar, y máxime habiendo visto las riquezas en las Vegas del Guadiana o del Alagón.
“yo don Alonso, por la gracia de dios, Rey de León y Galicia, o mis sucesores dieron Cáceres o algo de sus pertenencias a algunas ordenes o a algunos nobles, por tanto me hicieron pacto de juramento, levantando la mano doce onme buenos, concediendo por todo el Concejo que, para siempre serian súbditos y obedientes a mí, don Alonso por la gracia de Dios, Rey de León y a mi hijas dona Sancha y doña Dulce y después de mis hijas del mismo modo que el Concejo de Cáceres, estaría siempre sujeto con sus pertenecías a la Real Majestad de León o a su imperio.
(Fuentes Orti Belmonte)
(Fuente Floriano Cumbreño)
(Fuente Publio Hurtado)
Agustin Díaz Fernández