HISTORIAS DE LA VILLA DE CÁCERES-SAN ANTONIO Y EL BARRIO JUDIO

31.05.2017 22:50

 

 

 Cronica desde la calle cuba de mi Llopis Ivorra 

, mañana luminosa de mediada la primavera como es habitual por estas latitudes  estando mi llopis ivorra de paseo por la ciudad monumental de Cáceres, por la calle de Pedreros a la altura de la entrada del barrio de san Antonio, me paró en mi caminar en caballero a las puertas del desahucio de la vida o quizás a punto de empezar otras nuevas  por sus muchos años, pidiéndome un cigarro, su Eulalia no le permite fumar me dijo, como no fumo le ofrecí un chicle de regaliz y tomándome por turista dijo venga ese chicle a cambio le cuento la historia  de la ermita de san Antonio, ubicada en el corazón del barrio judío, sentados en el antepecho junto a la casa de los caballos arremetió con la historia.

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A lo largo de la edad media existió una importante comunidad judía en tierra de Extremadura, parece que la expulsión de Jerusalén decretada por el emperador Tito en el siglo I DC, fue el lugar de destino para muchas familias judías. La importancia de la Judería Cacereña es grande sobre todo a lo largo del siglo XV, etapa que culminaría con la expulsión decretada por los Reyes Católicos en 1.492 en ese momento se calcula que debía estar formada por unas dos mil personas.

La aljama cacereña en 1.474 aportaba 8.200 maravedis al tesoro real, lo que le hacía figurar entre las cinco más importante de Castilla, en el mismo lugar quedaría concentrada hasta que en 1.478 surge una judería en los aledaños de la plaza mayor, calles Paneras y de la Cruz, la zona de la judería vieja tiene unos rasgos propios que la hacen identificable a primera vista, el blanco de la cal que envuelve las fachadas, callejuelas y plazas irregulares , constatan con la zona cristiana de palacios y altos torreones, recibe el nombre del barrio de San Antonio de la Quebrada por lo abrupto del terreno, en el centro del barrio se levanta la ermita de San Antonio de Padua, ubicada en el mismo solar que la antigua sinagoga.

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Tras ser expulsados a la judería nueva el edificio pasó a ser propiedad de Alfonso Golfín, quien ordeno derribar la sinagoga y construir una ermita, apoyada sobre la antigua muralla medieval, se abre a  la plaza mediante un pórtico de tres arcos, se trata de un edificio religioso de factura sencilla con una planta rectangular como suele ser en las sinagogas y un altar rococó dedicado a San Antonio, fue remodelada en 1.661´

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Las tradiciones no se saben de dónde vienen,  ni el porqué de estas pero el caso es que existen y hay quien tiene mucha fe en ellas y en lo referente a San Antonio y como no podía de ser de otra forma en esta ciudad de embrujo también tiene su tradición y es a la que se agarran los solteros y solteras de la ciudad para que el Santo Antonio les ayude a encontrar el amor, el santo y a un puñado de alfileres, según parece ser el origen de todo esto proviene de un milagro efectuado por Antonio el Santo de Padua en Roma, cuya imagen cobro vida dentro de una iglesia para amonestar a un joven que no quería matrimoniar con la novia de toda la vida, le dijo ven aquí periñan que te meto dos hostias que no vas a saber por dónde te vienen ya te estas casando con la muchacha, ya fuera por las hostias o el susto de que una imagen de yeso le hablara y que saliera corriendo tras él , el joven dijo a la moza, venga pa cuando la boda.

En Cáceres, según mi amigo el del chicle comenzó en el siglo XIX y la empezaron a poner de moda las modistillas que estando en edad de merecer no tenían a nadie que les dijera ni siquiera lindos ojos tienes, así que decidieron poner en práctica poner en marcha el ritual de presentarse ante el San Antonio pidiéndole un novio en su ermita, el santo de Padua además de encargarse de hacer aparecer los objetos desaparecidos también es  muy apañado para convocar novio o novia a quien tenga intención y ganas de ella o de él, tanta que de ahí viene el refrán, la moza que a los quince años no se ha echado novio, que se arrime a las sayas del santo Antonio, pero en Cáceres tenemos otra originalidad , para hacer más efectiva la cosa de los novios las modistillas cogían las alfileres dobladas que ya no les valían para el ejercicio de su profesión, se las llevaban a la ermita de San Antonio y las echaban a la pila de agua bendita. Las mozas y mozos metían las manos en la pila del agua y apretaban contra las paredes, al sacarlas y según el número de alfileres que se quedaran pegadas en la mano, era el número de novios o novias que tendría en su vida, pero si esto no funcionaba y a la moza se le estaba pasando el arroz y la edad de merecer, y para que el santo apurara en lo suyo le enseñaban la tiranta del sujetador y dicen que el de Padua corría a cumplir con el encargo que se las pelaba.

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Fueron muchas y muchos los que acudieron a pedir amores y muchos y muchas los que recibieron el premio, también se dio el caso que el santo tuvo que intervenir en persona porque no había manera, y así se le veía los domingos por la tarde en el baile de la Rosa en el paseo de Cánovas tratando de emparejar desemparejados, me cuenta mi amigo que a una que no había manera de que ningún muchacho le hablara de lo arisca que era, Antonio el santo la emparejo con un muchacho calladito y prudente que lo único que habló en sesenta años de matrimonio fue para decir por fin libre y se murió, a otra que también cuentan que estaba dura para lo del novio , le hecho tantas ganas el de Padua que a los nueve meses justos de la despedida de soltera dio a luz a un varón, todo normal y quizás hasta se le adelantara el parto quince días como dijeron las allegadas, también dijeron que ella tenía muchas ganas de ser madre, cosa lógica si me apuran lo único que ella era rubia como la cerveza y el colorado como hierros puestos a la intemperie y el vástago salió  negro, negro como la noche, quizás fuera lógico también que en la despedida de soltera se la vio a la muchacha muy acaramelada con un jugador de básquet de Cáceres C.B. que vino del norte de América a jugar una temporada, lo mismo tiene algo que ver que ella se puso al derecho y ella al revés una invitada que se fijo dice que no sabían lo que hacían pero se le movían los pies, el caso es que la muchacha quedo casada, preñada, parida y jodida, también el santo Antonio tuvo sus fracasos como aquel empeño que se lo tomo como algo personal el emparejar al hijo del “algarrobo”  pero tuvoque desistir a los dos años de empezada la causa se dio cuenta de que el muchacho cosia para la calle.

 

      

¡ Ay, esas tradiciones que se ya pasaron de moda, ya no hay modistillas, ya no hay alfileres que llenen la pila de agua bendita, en realidad la pila ya no tiene agua bendita ni sin bendecir, las cosas van cambiando al comp1s de la desaparición de las tradiciones, entre ellas la de acudir a los santos en asuntos de amoríos , tampoco  ninguna moza le enseña ya la tiranta del sujetador a san Antonio de Padua, Santo varón.

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@agustinbotines